~ Delfina Marco ~
domingo, 29 de noviembre de 2009
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Poder elegir
Publicado en “Siete Días
Yecla”
“Poder
elegir”
Llevo
mucho tiempo queriendo escribir sobre un tema. Y me apetece compartirlo. Me
gustaría saber que piensan ustedes al respecto. Por muy bien que trate de
explicarme es posible que alguien se espante y acabe despotricando contra mí.
Bueno ya les doy un tema de conversación diferente a la crisis o a la gripe A.
¿A
usted que le da miedo, pero miedo de verdad? A mí que alguno de mis hijos
pudiera morir antes que yo, o que sufriera graves secuelas o incapacidades por
un accidente o enfermedad. Después de esto me aterra pensar en mi propia
invalidez o dependencia. Dentro de 20, 30 o 40 años, o antes si fuera preciso,
saben ustedes lo que me gustaría poder elegir. Decidir si quiero seguir
adelante o retirarme, cuando vaya perdiendo cualidades o capacidades. Creo que
en algunos aspectos o momentos de la vida bien cierto es lo de “mejor calidad
que cantidad”. Yo no quiero acabar atada a una cama, usando pañales,
dependiendo de otro en lo más básico y vital. Yo quiero una vida y un final,
una muerte digna. ¡Cuidado! No se equivoquen ni tergiversen o malinterpreten
mis palabras, que hay mucho bicho suelto
por ahí y podría llegar a pensar que
estoy dando ideas para acabar con enfermos y ancianos. Tampoco estoy hablando de decidir por otro.
Como el conocido caso del italiano Beppino Englaro que fue incluso tachado de
“asesino” tras conseguir después de 17 años
que desconectaran la hidratación artificial a su hija Eluana. Porque
ella en vida había manifestado que en ciertas circunstancias preferiría que la
dejaran morir.
La
ciencia y la medicina han avanzado extraordinariamente y todavía lo harán más.
Nuestra esperanza de vida ha aumentado considerablemente. Pero en ocasiones...
¿a costa de qué? Alguno me dirá que esto no es tan sencillo. Si empezamos con
ideas religiosas, éticas, morales, ideológicas y jurídicas ¡ya la hemos liado!
Igual
que todos somos libres para decidir, por ejemplo, sí queremos o no vivir en
pareja, tener un hijo o donar nuestros órganos también tendríamos que poder
decidir sobre nuestro final. Una decisión única e intransferible. Nadie tendría
derecho a voto, ni familia, ni médicos, ni estado, solo uno mismo. Me gustaría
pensar que algún día habremos evolucionado tanto sobre esto, que llegado el
momento podremos adquirir un producto o recibir la ayuda necesaria.
Creo
que es bueno hablar de todo, sin miedo ni pudor. Por favor no piensen como
algunos que son tan simples y cortos de mira que creen que por dar información
sobre droga, sexo o aborto a los jóvenes se les incita a ello, que todos van a
querer probarlo.
Si
alguna vez existiera esta opción no significaría ni mucho menos que todo el mundo tuviera que elegirla. Desde
el primer momento he hablado de poder escoger. Tampoco caigan en la tentación
de pensar que pretendo escaquearme o ponérmelo fácil, por lo que ya estoy
asumiendo o deberé asumir. Si me he decidido a compartir esto es porque
siempre, desde pequeña, lo he tenido muy claro. Igual que Eluana yo sé en qué
condiciones preferiría morir a seguir viviendo.
Lo
estoy viviendo y lo viví con familiares próximos. Uno se despidió muy rápido de
este mundo, un infarto. Otra tras siete años en cama. Sin lugar a dudas para mí
quiero lo primero y si la naturaleza no me lo concede, ese último regalo o
capricho me lo daré yo.
Tantos
avances, tantos derechos, tan modernos, tolerantes y abiertos que parecemos
todos, pues antes o después habrá que plantearse este tipo de cosas.
¡Ah!
y no estoy deprimida, ni amargada. Puede que simplemente sea un poco rara o me adelante
a mi tiempo. Aunque ya me han hecho saber que no soy la única que piensa así.
Sé que existe algo a lo que acogerse, el testamento vital o documentos de
voluntades anticipadas, aunque habría que hablar mucho sobre esto.
~ Delfina Marco ~
jueves, 24 de septiembre de 2009
Miedo, un poderoso virus
Publicado en “Siete
Días Yecla”
Miedo,
un poderoso virus
Imagino
que muchos de ustedes, habrán leído o escuchado estos días, las declaraciones
del Presidente del Consejo General de Colegios de Médicos sobre la gripe A.
Al
parecer el 95 por ciento de los casos no precisarán de ninguna atención
especial. La gripe A será bastante más llevadera y leve que la gestacional. Lo
que sí va a suceder es que el contagio de la enfermedad puede ser rápido e
imprevisible, y puede producirse en muy poco tiempo. Por ello, para prevenir la
propagación de la gripe, tendremos que extremar nuestra higiene.
Entonces
¿por qué tanta alarma, tanta exageración e histeria injustificadas? ¿Por qué
tanta rueda de prensa, comunicados, gabinetes de crisis, cifras de fallecidos,
tanta información sensacionalista? Pues porque como apunta el Presidente del
Consejo General de Colegios de Médicos “las epidemias de miedo siempre se
crean con algún interés”.
Créanme
si les digo que estamos atrapados en medio de dos poderosos sectores de la
industria: la farmacéutica y la alimentaria. Dos grandes fuerzas económicas que
tienen una cosa en común: no desean que nada cambie.
Más
que a la gripe A, tendríamos que temer a decenas de productos que consumimos
cada día con total desconocimiento sobre ellos. Hay ‘virus’ mucho más
peligrosos que la temida gripe A ¡circulando a sus anchas! Y, hasta el momento
mucho me temo que nadie parece tener el más mínimo interés por ¡ponernos en
guardia! Para que entiendan por donde voy les pongo un ejemplo.
Como
muy bien explica el Dr. David Servan-Schreiber, psiquiatra y neurólogo, en su
último libro, desde 1940 el cáncer ha aumentado de forma espectacular. “Está
demostrado que grandes cantidades de azúcar sumamente refinado, cambios en los
métodos agrícolas y la ganadería y la exposición a una gran cantidad de
productos químicos, están desempeñando un papel fundamental en el aumento del
cáncer”. Apunta también el doctor que
“comer de una u otra forma puede resultar ‘clave’ pero no se investiga sobre
los alimentos porque no se puede obtener una patente como hacen las industrias
farmacéuticas”. Tenemos un desconocimiento sobre nutrición abismal. “Con la
alimentación podemos alentar o frenar el crecimiento del cáncer, porque
determinados alimentos actúan como fertilizantes para los tumores”.
Disculpen
mi atrevimiento si les animo a investigar, por ejemplo, sobre un producto
llamado paraben. Por favor, no pretendo crear ningún caos o pánico colectivo. Pero me siento en la obligación de
hacerlo.
El
paraben o parabenos (metilparabeno, poliparabeno, isoparabeno etc.) es un
producto antibacteriano y antihongos. Lo llevan aproximadamente un 75 y 90% de
los productos cosméticos, entre otros. Según el doctor Servan-Schreiber el
paraben es absorbido por la piel y dispersado por la circulación sanguínea. Son
acumulativos y ante las toxinas cancerígenas no se comportan precisamente como
‘hermanitas de la caridad’. Tampoco pierdan de vista a los denominados ‘E’ que se clasifican en
función de su efecto. Los E100 son colorantes, los E200 conservantes, los E300
antiranciedad y acidificantes, los E400 amulsificantes etc. Los especialistas
aconsejan evitar comprar productos con más de tres ‘E’ porque muchos de ellos
están bajo sospecha. Hay que vigilar, entre otros, los nitratos-nitritos
E249-252, los paraben E214-219 y especialmente el propil-paraben E216-217. Son
perturbadores endocrinos.
Bueno
pues ya ven, parece que juegan un poco con nosotros. Nos llevan por donde
quieren. Unas veces interesa, con perdón, ¡acojonar al personal! y otras optan
por callar. No se asusten demasiado con la gripe A.
~ Delfina Marco ~
jueves, 26 de febrero de 2009
Prevención
Publicado en “Siete
Días Yecla”
“Prevención”
Una vez más la muerte de una adolescente a
manos de su ex novio nos conmueve, irrita y exalta. Ante un suceso tan
extremadamente triste y trágico la mayoría de nosotros opina que los agresores
deben cumplir “íntegras” las condenas y que las penas para este tipo de delitos
tienen que endurecerse.
Si no estoy mal
informada el delito de homicidio (quitar la vida a una persona con la voluntad
o la intención de hacerlo) está castigado con la pena de prisión de 10 a 15 años. Por un asesinato
(arrebatar la vida a una persona con alevosía, ensañamiento o por un precio) la
condena oscila de 15 a
20 años.
Lo sucedido a esta
joven sevillana tendría que servirnos para replantearnos los valores que
estamos transmitiendo a los adolescentes, sobre todo en el terreno de las
relaciones entre sexos.
Nuestra sociedad,
resulta absurdo negarlo, por cultura y por herencia continua siendo machista.
Si analizamos algunas de nuestras conductas diarias, los mensajes transmitidos
a través de películas, series, anuncios y videojuegos nos sorprenderíamos de
los pequeños gestos machistas que de forma inconsciente e involuntaria estamos
haciendo llegar a nuestros niños. Niños y adolescentes excesivamente habituados
a la violencia.
Hay que romper
estereotipos y roles tradicionales y urge hacerlo ya. Porque todavía existen
hombres convencidos de que la mujer es un ser inferior o una propiedad. Hombres que no admiten la frustración ante un
no. Varones asustados y desconcertados ante las nuevas mujeres que estudian
más, saben más, tienen más disciplina e iniciativa y que no están dispuestas a
someterse. Féminas que protestan, se defienden y atacan.
Como la mayoría opino
que es esencial desarrollar programas de prevención y actuar ante el más mínimo
indicio de una conducta potencialmente violenta.
Hay que enseñar a las
chicas a no confundir amor con sumisión y a que rechacen aquellas situaciones
en las que se da por supuesto que son ellas las que deben supeditarse.
Creo que hoy más que
nunca somos las madres y los padres los que tenemos que luchar por no
encarrilar, sobre todo a nuestros hijos varones, por la senda del machismo.
Insisten los expertos
en que los menores actúan por imitación.
Si es cierto aquello
de que los hijos son el reflejo de los padres…
Tenemos que cambiar de
actitudes y comportamientos, dentro y fuera de casa. Compartiendo poder,
trabajo, casa y afectos todos saldremos ganando.
~ Delfina Marco ~
jueves, 22 de enero de 2009
Existe el infierno
Publicado en “Siete Días
Yecla”
“Existe
el infierno”
Cada
vez que leo en la prensa o veo en televisión
noticias y reportajes sobre la insostenible situación por la que
atraviesa Gaza, o los enfrentamiento armados, enfermedades y miserias que
azotan África y otras partes del planeta, siempre pienso lo afortunados que
somos y lo poco que valoramos lo que tenemos. Cierto es que actualmente nos
enfrentamos a una grave crisis económica, que en mayor o menor medida, nos está
afectando a la mayoría. Pero en el primer mundo disponemos de medios
suficientes para vencer este contratiempo porque vivimos en paz, orden,
legalidad y libertad. Algo de lo que carecen en demasiadas zonas de nuestro
mundo.
Lo
que está sucediendo en Gaza no tiene justificación. Creo que la invasión
militar de Israel a Gaza no va a destruir la infraestructura terrorista de
Hamás. Seguro que en cuanto se restablezca la paz los integristas palestinos,
como venían haciendo, volverán a atentar con cohetes artesanales y hombres
bomba en las ciudades israelíes de la frontera.
Israel
o cualquier otro estado se equivocan optando por una política de fuerza,
represión y castigo. También fracasa Hamás, convirtiéndose en despreciables
terroristas, derramando sangre para establecer un estado islámico en la región
de Palestina.
Lo
que acontece en este explosivo rincón del mundo viene de lejos y no parece
tener solución a corto plazo. Los ataques contra la población civil, de uno y
otro lado, sólo van a servir para incrementar el odio, el resentimiento y los
ánimos de venganza. Estamos siendo testigos de algo que he leído en más de una
ocasión; “los seres humanos cuando llegan a situaciones límites de indefensión
y desesperación totales se autodestruyen”.
Tampoco
se vislumbra fácil solución a las luchas internas, que cada dos por tres,
asolan África. Hablar de este continente rico en materias primas y recursos
naturales muy cotizados en nuestro primer mundo, es hablar de guerra, desorden,
ilegalidad, miseria, violaciones y niños soldados. En definitiva de la
capacidad humana de causar terror y sufrimiento.
Confieso
que a veces seria más cómodo renunciar a estar bien informado porque una, que
afortunadamente como otros muchos todavía es humana, se estremece, emociona y
desilusiona. Porque nuestra crisis se superará pero la situación de algunos
países a corto o medio plazo, no va a cambiar. Lamento ser tan pesimista. Lo
triste es que por mucho que pretendamos ayudar a terminar con tanta injusticia
y barbarie la realidad es que poco podemos hacer. O tal vez sí podamos
contribuir en algo educando en la tolerancia, diálogo y respeto a nuestros
hijos. Y por supuesto aprovechando toda ocasión posible para agradecer, elogiar
y animar a todas aquellas personas que arriesgando a veces la vida, ayudan y
acompañan a miles de seres humanos que ya no esperan nada, también a todos
aquellos que tienen la suficiente valentía y cordura para describirnos,
fotografiar y grabar el trozo de infierno que existe en la tierra creado por
nuestro peor enemigo: el hombre.
~ Delfina Marco ~