“No tengo tiempo”,
hemos expresado en más de una ocasión la mayoría de nosotros. También protestamos,
alguna vez, porque el día sólo tenga veinticuatro horas. Algo que evidentemente
no podemos modificar.
En el siglo XXI conciliar
la vida familiar y laboral, más en unas que en otras profesiones, resulta
complicado. Por mucho que te organices o delegues, sobre todo en el caso de las
mujeres con hijos, solventarlo todo con éxito sin renunciar a nada, resulta
tarea imposible.
Quizás no nos
enseñaron desde pequeños a dar valor al tiempo, y a saber gestionarlo bien.
Pero no toda la culpa es nuestra. Deberíamos plantearnos seriamente la
singularidad e irracionalidad de nuestros horarios laborales. Tendrían que ser más flexibles, más humanos y
más parecidos a los demás países europeos.
No me negaran que
desgasta, deprime y frustra no poder compartir mesa con la pareja o los hijos.
Llegar a casa y encontrar a los niños muertos de sueño, o durmiendo ya en sus
camas. No disponer de tiempo para practicar algún deporte, o simplemente
calzarse unas zapatillas y salir a caminar. Imposible también, en muchos casos,
plantearse aumentar la formación, estudiar un idioma, asistir a talleres o
cursos donde aprender nuevas habilidades. Y si pretendemos visitar o
encontrarnos con familiares y amigos, una locura cuadrar las agendas. Por
ilusión y ganas que algunos tengan, no les queda más remedio que renunciar a
integrarse en asociaciones dónde sin duda podrían desarrollar un gran papel.
Gracias a un buen
amigo, Ángel Lafuente Zorrilla, experto en comunicación verbal, he descubierto
recientemente a la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles
(ARHOE). Una entidad sin ánimo de lucro cuyos fines son concienciar a la
sociedad sobre el valor del tiempo, la importancia de su gestión, y promover
medidas que faciliten una racionalización de los horarios en España.
Con motivo de su
décimo aniversario, el 17 de Junio, en Madrid en la Plaza de Cibeles, esta
asociación celebró un evento para reivindicar públicamente que España adopte
unos horarios racionales, que permitan una plena conciliación de la vida
laboral, familiar y personal; un hecho que nos afecta a todos, a 46 millones de
españoles.
ARHOE aboga por la
cultura de la eficiencia buscando la excelencia y para ello no debemos pasar
más horas en el trabajo, sino ser más productivos y rendir más en las horas
estipuladas por convenio. En una palabra, optimizar y gestionar mejor el
tiempo.
Si consiguiéramos
modificar nuestros horarios, hacerlos convergentes con los países de economías
más avanzadas, seguro que esto conllevaría una mejora en nuestra calidad de
vida. Disminuirían las rupturas familiares, los niños pasarían más tiempo
acompañados por sus padres, aumentaría el rendimiento escolar. Practicaríamos
hábitos más saludables y dormiríamos el tiempo suficiente. Se favorecería y
facilitaría la igualdad y la globalización, y disminuiría la siniestralidad.
Durante sus 10 años
de existencia, esta asociación ha realizado siete Congresos Nacionales, la
octava edición tendrá lugar en Zaragoza, los días 5 y 6 de Noviembre; así como
68 plenos, siete ciclos “Horarios Racionales” celebrados en más de 50 ciudades
españolas y se ha publicado un Manifiesto por unos Horarios Racionales, que
hasta la fecha ha sido suscrito por más de 15.000 personas; así como una
veintena de libros, entre otros logros.
También se han
alcanzado acuerdos con todo tipo de instituciones, empresas y entidades de
carácter público y privado. Gracias a ello, la Comisión Nacional ha conseguido
que representantes de 134 instituciones y entidades, ministerios, comunidades
autónomas, universidades, organizaciones empresariales, sindicales y sociales,
y miembros destacados de la sociedad civil, formen parte de esta organización.
Les animo a
reflexionar sobre el tema, e invertir un poco de su tiempo en visitar la página
web de ARHOE. No se pierdan el vídeo.
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