Dentro de unas semanas, el 28 de octubre, como llevamos
haciendo toda la vida manipularemos las agujas de nuestros relojes para
realizar el cambio al horario de invierno. Esta costumbre implantada durante la
I Guerra Mundial, porque pensaban que así se ahorraba energía, va a desaparecer
en cuanto los países de la Unión Europea sean capaces de acordar y decidir
adoptar de forma permanente el horario de verano o de invierno.
Seguro que a muchos de ustedes ya les han animado a posicionarse
a favor o en contra de dichos horarios. Explicaciones, argumentos y opiniones
sobre la cuestión, de lo más variopinto, circulan por doquier. Desconozco cuál
de las dos opciones nos resultará más saludable, práctica y beneficiosa. Pero si
estoy convencidísima de que mientras nuestros horarios laborales no sean como
los europeos una gran mayoría de personas seguirán sin vida personal
satisfactoria, sin conciliación y bastante estresados y amargados, en especial,
las mujeres.
Llevamos años escuchando y estudios existen que lo
demuestran que los países escandinavos se caracterizan por ser Estados del
bienestar, es decir, han logrado la conciliación laboral y familiar, un reparto
equitativo de tareas entre géneros, la protección a la infancia etc. Vamos lo
que en España sigue siendo un sueño, una ilusión, una quimera o un capricho.
Porque al parecer hablar en este país de flexibilidad, jornada intensiva y
conciliación se entiende por no querer trabajar. Cuando curiosamente se ha
demostrado que los españoles pasando más horas en sus puestos de trabajo que
muchos europeos son menos productivos. Y por supuesto seguro que menos felices.
Cuando se habla de conciliación parece que siempre se une
esta cuestión a tener hijos. Evidentemente los hijos necesitan la presencia,
atención y dedicación de los padres, al menos de uno de ellos, para cubrir y
desarrollar sus necesidades afectivas y sociales, para crecer sanos y felices. Pero
todo el mundo de uno u otro género y edad, sea o no padre, necesita conciliar. Conciliar
significa poder compatibilizar tu vida laboral con tu vida personal. Tener
tiempo para vivir más allá del trabajo. Y vivir además de implicarte al 100% en
tu trabajo y dar cada día lo mejor de ti es también tener tiempo libre para
realizar gestiones personales, hacer ejercicio, practicar un deporte, pasear,
estudiar, leer, visitar y atender a la familia, hacer cosas en pareja, desarrollar
hobbies, quedar con los amigos, dormir más etc.
No entiendo por qué en España nunca ha existido ni existe
actualmente la voluntad por parte de todos los sectores, tanto administración,
instituciones y empresas para copiar los modelos y políticas sociales (horarios
laborales y escolares que coinciden, jornadas intensivas, sistema laboral muy
regulado, protección social, ayudas estatales, etc.) que por ejemplo si aplican
Suecia y Finlandia, países que ocupan los primeros puestos en el índice de
productividad, que destacan por sus modelos económicos y su situación respecto
a Europa.
Qué pena que los que deben y pueden cambiar las cosas no
sean capaces de vislumbrar que las sociedades con mayor igualdad y estado de
bienestar, con tiempo para vivir, son más eficientes, felices, sanos y confían
más unos en otros.
Pues nada en España seguiremos igual que siempre, con trabajadores
estresados y desmotivados, con baja productividad, con mayor siniestralidad
laboral, con menores desatendidos, familias desestructuradas, bajo índice de
natalidad, mayor población anciana y sola, etc.
Totalmente de acuerdo,de hecho hace unos años yo también escribí n trabajo para clase y trataba el mismo tema.
ResponderEliminarFelicidades, y ya es hora de que vuelvas a la acción.
Un beso
Me ha gustado tanto tu artículo que lo he colgado en Facebook. Enhorabuena
ResponderEliminar