Cuando entré a la biblioteca en una zona preferente me encontré con esta novela y sentí curiosidad. Al leer la reseña sobre esta autora noruega, Helene Flood, psicóloga, especializada en violencia, revictimización y culpa postraumática me decidí por esta lectura. Un thriller psicológico que aborda la maleabilidad de la memoria.
Cuando termino de leer una novela acostumbro a buscar críticas y opiniones. Nunca lo hago antes, para evitar que me influyan, me presdispongan. Creo que a toda lectura hay que darle una oportunidad porque siempre aporta algo. Aunque cierto es también que a veces resulta imposible seguir adelante con la misma. Y tampoco es plan de obligarse, de leer a regañadientes, de pasarlo mal. En esta ocasión sí terminé de leer la novela, pero no me entusiasmó. Coincido con muchos de los comentarios que me he ido encontrando.
La memoria señalaba la autora en una entrevista “se va construyendo con el paso de los años. Tendemos a rellenar huecos y a tapar las incoherencias porque necesitamos tener un relato que se sostenga. Por eso, la memoria puede ser engañosa". "Con esta novela quería tratar el tema de cómo pueden cambiar nuestros recuerdos hasta hacernos dudar de si las cosas sucedieron así o simplemente nos las imaginamos".
Emociones como el miedo, la soledad y la inseguridad, recuerdos distorsionados, trenzan esta historia en la que llegas a sentir la angustia de la protagonista, dudando de si es culpable o inocente.
Con esta lectura fácil, que entretiene, me he sentido decepcionada. Esperaba mucho más de Helene Flood. La historia a mi parecer resulta un poco lenta, lineal y predecible.
Pero tengo que deciros que los derechos de ‘La psicóloga’ han sido vendidos a veintiocho países. En Noruega fue publicada en otoño de 2019, entrando directamente en la posición número dos de libros más vendidos en su primera semana. Además, estuvo nominada al premio Norwegian Bookseller.
Sinopsis
Una mañana, después de dejarle un mensaje en el contestador, el marido de Sara desaparece sin dejar rastro. Ella creía que Sigurd había quedado con unos amigos, pero ellos tampoco saben dónde está. Para Sara, Sigurd miente; para la policía, la experiencia de Sara como psicóloga la convierte en sospechosa. Pero, cuando los detectives descubren que la vida de Sara está siendo vigilada mediante cámaras y micrófonos ocultos, se dan cuenta de que ni la verdad es tan obvia, ni la mente tan poderosa.
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