Me decidí por esta novela sin saber que pertenece a una trilogía. Es la segunda novela de Santiago Díaz con la inspectora Indira Ramos como protagonista. Una novela negra, policíaca, trepidante, de lectura ágil y sencilla, con capítulos cortos, con una trama llena de suspense y tensión que engancha de principio a fin.
La novela me ha gustado mucho, pero sentí cierto desconcierto y me removió por dentro al recordarnos el asesinato de las niñas de Alcásser, un hecho que marcó a todo un país dejándonos en estado de shock. La novela ni mucho menos se centra en aquello, pero sí aparece convertido en un personaje más el principal acusado de aquel crimen, al que se le perdió la pista y desapareció hace treinta años.
El autor crea una historia de
ficción sobre cómo pudo moverse y reinventarse aquel asesino. La protagonista
de la novela, la inspectora Indira Ramos, recogiendo unas huellas dactilares
tras el atraco a una gasolinera acabará dando con él.
Sabemos que muchas novelas se basan en hechos reales, pero en muchos casos se cambian los nombres y se varían parte de los acontecimientos. En este caso, no. La verdad es que no me ha gustado que aquel asesino, y yo si me niego a escribir su nombre, transite por esta historia. Qué necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario