En más de una ocasión he escuchado que para ser un buen poeta es preciso estar dotado de una sensibilidad especial. Plasmar lo que llevamos dentro, mostrar nuestro interior, conmover, comunicar y provocar no está al alcance de cualquiera. Todas estas cualidades y otras muchas las reúne sobradamente Silvia Alonso.
Con su primer poemario Silvia nos abre su corazón, nos permite conocer su forma de estar en el mundo, de existir. Nos muestra su realidad, su intimidad. Sus versos transmiten, te sumergen en el complejo mundo de los sentimientos y emociones. Te remueven, te conectan, te llevan a entablar un diálogo con ella.
La poesía de Silvia engancha, deja huella. Por eso os recomiendo leerla. Y animarla, como hice yo en el acto de presentación de su poemario, para que siga escribiendo.
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