Dentro de unos
días, el 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Me gustaba más
cuando aparecía al final de la frase “Trabajadora”. Porque además de luchar en pro de
la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo, se trataba de recordar a las 123 mujeres que murieron en el incendio
de la fábrica de camisas Shirtwaist de Nueva York. Fue el desastre
industrial más mortífero de la historia de la ciudad, y supuso la introducción
de nuevas normas de seguridad y salud laboral en EEUU.
Al
decantarme por la palabra “trabajadora” no pretendo infravalorar a las mujeres
no activas en el mundo laboral. Trabajadoras somos todas. Siempre defenderé que
no es justo que las tareas del hogar, el cuidado de los hijos, los ancianos, los
discapacitados y dependientes en el ámbito familiar no estén ni catalogado, ni reconocido,
ni valorado, ni remunerado. Las jornadas abarcan 24 horas, los 365 días del año,
de por vida. Se imaginan qué sucedería si absolutamente todas las mujeres trabajaran
8 horas fuera de casa. Y tuvieran además la posibilidad u obligación de
incrementar y actualizar sus conocimientos y formación, en beneficio de la
empresa. ¿Quién asumiría los costes económicos y humanos de todo esto?
Esta
tarde estudiando para las oposiciones que preparo, la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de
mujeres y hombres he terminado tan, tan enfadada que me ha resultado imposible
no escribir. Sin querer despotricar reconozco que el texto, el contenido, es
muy bonito e ideal, pero la realidad es tan distinta que al final casi me suena
a guasa o tomadura de pelo.
La Ley es bien
completita, se estructura en un Título preliminar, 8 Títulos, 31 disposiciones
adicionales, 11 disposiciones transitorias, 1 disposición derogatoria y 8
disposiciones finales. Básicamente defiende que la igualdad entre mujeres y
hombres es un principio jurídico universal. Este principio supone la ausencia
de toda discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo, y,
especialmente, las derivadas de la maternidad, la asunción de obligaciones
familiares y el estado civil. Dice la Ley, entre otras cosas, que el principio
de igualdad de trato y oportunidades se garantizará en el acceso al empleo,
incluso al trabajo por cuenta propia, en la formación y promoción profesional,
y en las condiciones de trabajo, incluidas las retributivas y las de despido.
Por favor pido un voluntario en la sala, que me explique por qué las mujeres en el mismo puesto de trabajo reciben un salario inferior respecto al hombre. Y ya puestos, por qué cobran las mujeres casi un 40% menos de pensión de jubilación.
Por favor pido un voluntario en la sala, que me explique por qué las mujeres en el mismo puesto de trabajo reciben un salario inferior respecto al hombre. Y ya puestos, por qué cobran las mujeres casi un 40% menos de pensión de jubilación.
Al leer que “los
derechos de maternidad deben garantizar la libertad de ser madre sin sufrir
perjuicios en la vida laboral” he recordado cómo le hicieron la vida imposible
a la mayor de mis sobrinas, para que dejara su puesto de trabajo cuando
comunicó su embarazo. También a una amiga, que hace dos días en una entrevista
de trabajo le preguntaron si vivía en pareja y si tenía intención de ser madre
a corto o medio plazo.
Que en los
principios generales la Ley recoja el establecimiento de medidas que aseguren
la conciliación del trabajo y de la vida personal y familiar de mujeres y
hombres, así como el fomento de la corresponsabilidad en las labores domésticas
y en la atención a la familia, me parece divino. Pero de verdad practican los
varones dicha corresponsabilidad. Sin ánimo de ofender ni herir sensibilidades
masculinas, ¿cuántas horas dedican unas y otros a las amenas tareas del hogar?
Y de la
implantación del lenguaje no sexista, ¿qué me dicen? ¿Creen que se práctica,
empezando por la mismas Administraciones públicas? Porque también lo recoge
esta Ley. Una amiga presentó, hace años, una propuesta en el ayuntamiento donde
trabaja. Por supuesto no llegó a nada, produjo mucha gracia y una sonrisa al
funcionario de carrera que recibió el proyecto.
Contenido e
inspiración tengo para seguir, pero total para qué.
Alguien me puede
explicar de qué sirven las leyes, decretos, resoluciones, dictámenes, estatutos,
ordenanzas, mandatos, normas, y los buenos propósitos si luego no se cumplen o
solo lo justito y necesario.
¿A qué estamos
jugando?
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