La novela se desarrolla en 1936, en el Madrid previo
a la Guerra Civil. La historia trata del encargo que recibe un académico
inglés, experto en la pintura de Velázquez. Un inquietante personaje le encarga
viajar a Madrid para valorar una colección de pintura. En ese viaje se verá
envuelto en una trama de espías, conspiraciones, y amoríos.
La novela me gustó mucho. Resulta muy fácil
de leer. Aunque en mi opinión se habla demasiado de política. Estoy muy de
acuerdo con el siguiente comentario que saqué de Internet:
“Recuperamos en esta novela al Mendoza que es
capaz de convertir en humor la miseria humana, y bordar con la pluma el arte de
la ironía. No es una novela social. Ni siquiera el marco pre-guerra es el
protagonista; no se trata de ir al rebufo de las historias sobre la represión
franquista ni pretende levantar ampollas o exhumar odios. Mendoza utiliza ese
marco histórico para dibujar un retrato del ser humano, así como demostrarnos
que una tragedia puede albergar espacio para el humor, algo que quizás muchas
veces deberíamos tener en cuenta para dejar de remover el pasado y mirar de una
vez hacia el futuro”.
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