miércoles, 25 de agosto de 2021

1793

 

 

He leído esta inquietante novela de Niklas Natt Och Dag que sorprende desde su inicio en mis últimos dos días de vacaciones. Os juro que no podía dejar de leer, testigos tengo. No puede estar mejor escrita, construida, ambientada, documentada. No me extraña que en Suecia resultara premiada como Mejor Libro del Año por la Academia Sueca de Novela Negra en 2017.

Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de un tal Mr.Tom sobre este thriller histórico que te atrapa desde la primera a la última página. Yo la encontré en la Biblioteca de mi ciudad.

“Quizás lo más importante es lo que subyace a lo largo de toda la obra. Ese alegato a favor de los derechos humanos y en contra de la falta de libertades y sobre todo: la denuncia dura y clara de las desigualdades sociales que convierten a comunidades enteras en misérrimas, si no con el beneplácito, sí con el mal hacer de la comunidad internacional.

 

Niklas Natt Och Dag sitúa a sus protagonistas en el año de referencia, 1793, en Estocolmo. La sociedad sueca, como toda Europa, siente y sufre los vientos de la Revolución Francesa que acaba de estallar (1789) y cuyas consecuencias están siendo terribles. Miedo y odio son los protagonistas de esos cambios. Ambos se necesitan, comparten sitio. Los dos se alimentan el uno del otro. Niklas nos lo deja claro sin ningún atisbo de duda o detalle.

El verdadero objetivo del autor: El análisis del poder. Cómo se mueven voluntades, cómo se inculca el miedo, cómo se inocula para que vaya engendrando un monstruo, un odio cerval y cómo los instrumentos utilizados son la hipocresía, la mentira y, si hiciese falta, la coerción más brutal.

Es muy curiosa la investigación policial, más de dos siglos atrás en una sociedad donde en los arrabales vivían familias enteras apiñadas en barracas y donde, en invierno se acumulaban cuerpos insepultos a la espera de que el terreno se deshelase para poder enterrarlos.

 

Una sociedad sucia y avejentada en la que ya se intuían los cambios sociales y tecnológicos de lo que no tardaría en llegar, la Revolución Industrial, por la que muchos iban a pagar un alto precio. La economía comenzaba a depender de la industria en detrimento de los talleres artesanos y la agricultura. Ricos y nobles son intocables.

 

Se mueve bien Niklas Natt en ese ambiente que describe de manera soberbia, porque el relato, a pesar de su mensaje, no deja de ser en ningún momento una novela con todos los requisitos del género negro. En ocasiones es muy dura ya que nos encontramos en una sociedad en la que la autoridad era impuesta con dureza y la justicia iba muchas veces de la mano de la crueldad. Todavía una gran parte del poder judicial se negaba a escuchar a los reos y se imponía el juicio arbitrario de los jueces”.

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