miércoles, 2 de febrero de 2022

Repercusiones en la salud mental de niños y jóvenes a raíz del Covid

 

 

Ayer asistí a la charla online “Repercusiones en la salud mental de niños y jóvenes a raíz del Covid”, organizada por la Federación de A.M.P.A.S. Nueva Escuela Canaria, Fanuesca.

La charla fue impartida por Cristian J. Ramos Abuin, psicólogo sanitario. Coordinador del Departamento de Psicología Clínicas Centros CADE. Especialista en Psicoterapia Clínica. Y por José Ramón Gamo Rodríguez, especialista en Audición y Lenguaje. Máster Especialista en Neuropsicología Infantil. Especialista en Neurodidáctica.

La aportación de los ponentes resultó muy interesante, enriquecedora y amena. Creo que es más necesario que nunca abordar el tema de la salud mental, por ello comparto parte de lo que escuchamos.

“Más del 50% de casos de mala salud mental, de sufrimiento interno, no están siendo identificados, detectados y diagnosticados por la saturación en el sistema sanitario. No es una cifra nada despreciable, es una tasa altísima. En el ámbito escolar se están viendo casos que hasta ahora no eran habituales. Nos están dando la voz de alarma”.

“Tenemos que preguntarnos por qué aumentan los casos de mala salud mental en niños y adolescentes. Qué factores sociales están provocando esto. Habría que analizar la pérdida de valores, y qué está ocurriendo con las relaciones parentales. Hay que abrir el melón. Qué da lugar a este problema endémico. Al aumento por parte de los adultos del consumo de ansiolíticos, antidepresivos y medicación para dormir. Qué cambios culturales están dando pie a convertirnos en una sociedad más vulnerable a sufrir patologías mentales”.

“Ha aumentado el suicidio, la principal causa de muerte en niños y adolescentes. Aunque esto ya venía sucediendo antes de la pandemia. Es muy relevante que haya crecido en un 3% o 4%. Puede parecer poco, pero es una barbaridad. Es un tema delicado. Se da poca información, por el fenómeno dominó. Seguimos teniendo un gran tabú cultural, muchos prejuicios. Pero hay que hablar de suicidio, hay que abordarlo con mucho respeto, desterrando mitos, pero hablemos de ello”. 

“Hablar de depresión infantil asusta mucho porque siempre lo asociamos al trastorno adulto. Los niños muestran irritabilidad, ira, más que tristeza o desesperanza. Reaccionan a la mínima y de manera desmedida”.

“Cuando la motivación decrece no se puede generar pensamiento positivo".

"Estar desilusionado, desmotivado, con apatía, con falta de conducta proactiva son síntomas depresivos”.

“Cuando hay depresión la atención sostenida está afectada. Y en la ansiedad la capacidad de procesar la información”.

“La ansiedad está muy vinculada al miedo y a la incertidumbre, a esa anticipación a lo desconocido. Los niños son muy débiles para gestionar la incertidumbre”.

“La ansiedad es miedo, se sienten las mismas emociones que cuando tenemos miedo. La diferencia es que el miedo se activa por algo concreto. En la ansiedad mi pensamiento anticipa una situación incómoda, peligrosa. Esa anticipación genera una sensación de incertidumbre”.

“Hay niños y adolescentes con niveles muy altos de ansiedad. Estamos viendo en las aulas desmayos, vahídos”.

“El factor detonante de la ansiedad es la incertidumbre. Cuando las cosas no parecen tener un fin generan incertidumbre. Cuándo voy a poder volver al colegio, salir con mis amigos. Tantos mensajes negativos en medios de comunicación, en casa. Los niños han sido y son partícipes y conscientes de la situación”.

“La dinámica familiar es un factor de riesgo y de protección para la salud mental. De riesgo si no existe un ambiente de seguridad y apego. Los cambios bruscos generan ansiedad”.

“La zona del dolor en el cerebro se activa cuando perdemos las relaciones sociales”.

“La motivación es nuestra ancla del futuro. En la depresión desaparece”.

“Los adolescentes pensaban, para qué me voy a esforzar si no sé qué va a pasar mañana”. 

"Tenemos que llevar cuidado con la presión académica en los niños y adolescentes, es más importante el vínculo creado entre profesor y alumno, que una nota".  

“La ansiedad puede provocar conductas autolíticas. Los padres se asustan mucho al ver a los adolescentes hacerse daño a sí mismos. Se autolesionan. El sufrimiento interno busca una salida. El cerebro interno lo necesita. No toleran la incomodidad interna y se causan dolor físico para aliviar esa sensación”.

“Tras el confinamiento surgió en los niños la apatía a volver a integrarse en grupos. El rechazo a separarse del ámbito familiar”.

“Tenemos adolescentes que maltratan a sus padres, en la palabra, en la actitud y en lo físico. Hay que poner normas, límites, hay que decir que no. A veces dar lo mejor es no dar. En el exceso de dar no hay deseo, ni motivación. Mucho cuidado con los refuerzos materiales. Te estoy dando todo y desdibujo mi autoridad. Si todo viene, cómo voy a desear”.

“Las adicciones a la pantalla, al móvil se han disparado. Los niños y los adolescentes no saben autolimitarse. En el confinamiento había mucho tiempo y mucha tecnología a mano. El cerebro aprende una conducta que le genera placer y cuando la quieres eliminar no lo acepta. Es el mismo mecanismo que se activa cuando consumimos una sustancia”.

“Se han disparado los Trastornos Obsesivos Compulsivos. Antes en infancia no era muy frecuente ver esto en consulta, sí en adolescentes. El pensamiento se vuelve intrusivo y recurrente, y genera mucho malestar. Te condiciona tu actividad diaria. Hay que estar atento a esto porque a medida que avanza la complejidad es mayor".

“Cuando hay una depresión también afecta a la información. Lao que nos preocupa, nos ocupa. Por eso eres menos productivo, te fatigas más”.

“Las fobias son miedos. Siempre digo que los miedos tienen memoria. Hay que tener mucho cuidado, porque la memoria emocional no tiene olvido ni requiere del recuerdo. La fobia sale en piloto automático, de golpe. Evitar, controlar y tratar las fobias en el confinamiento resultó muy difícil”.

“La familia, los padres, lidian con la conducta sin atender a la emoción que puede estar activando o provocando esa conducta. Hay que ayudar al niño, al adolescente, a poner palabras a la emoción”.

“Las emociones son descargas neuroquímicas que provocan una respuesta somática. Por ejemplo, sequedad de boca, taquicardia, sudoración de manos”.

“Lo sentimientos aparecen cuando somos capaces de tomar conciencia de esa emoción, racionalizarla y ponerle palabras”.

“Para un buen manejo emocional necesitamos tener un amplio vocabulario, poder verbalizar y explicar. Somos analfabetos emocionales, tenemos dificultad de explicar con palabras lo que sentimos. Por lo general no nos gusta dar muchas explicaciones, somos cautos". 

“Muchos trastornos de conducta están asociados a no poner normas, límites, responsabilidades. Esto no viene de fábrica. Se está generando una cultura que no trabaja la frustración, la perseverancia, la voluntad. Para conseguir algo hay que hacer un esfuerzo y sostenerlo en el tiempo. Y después llegará la recompensa, si llega.  Hay que fomentar más la constancia, el trabajo, el esfuerzo”.

“El tema digital no ayuda, en un ciclo muy corto la satisfacción que obtengo es muy grande y el esfuerzo mínimo. A golpe de clic tengo lo que quiero”.

“Muchos niños y adolescentes son déspotas, tiranos. Los niños se han empoderado en la relación parental. Es como que los padres se quieren ganar el afecto de sus niños. Tienen poco tiempo para dedicar a sus hijos. Somos consentidores, no ponemos límites claros. Y cuando se llega a la adolescencia, empiezan los conflictos, porque tienen muchos derechos adquiridos”.

“Durante el confinamiento hubo mucha permisividad con el tema pantallas, móvil, porque no había otra forma de ocio, de conectar con los amigos. Era más cómodo para convivir, para compensar el malestar del confinamiento. Al estar todos en casa se bajaron los límites, y se toleraron muchas cosas. Se fue más laxo con la comida, con los horarios. Muchos niños se acostaban de madrugada. Era como si el fin de semana resultara crónico. El día de la marmota”. 

“La adicción digital origina trastorno del sueño. Las alteraciones del sueño tienen una relación directa con los estados de ánimo, la dificultad de concentración y la regulación emocional. El trastorno de sueño está muy relacionado con el trastorno mental”. 

"Estamos muy preocupados por el 'yo', la pandemia ha generado grandes problemas. Cuántos niños han tenido que convivir con sus maltratadores e incluso con sus acosadores. Una situación muy, muy peligrosa que pasa factura".

"El aislamiento social nos está llevando a la probabilidad de caer en estados depresivos". 

 

 

 

Cristian J. Ramos Abuin

 


José Ramón Gamo Rodríguez

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