lunes, 14 de enero de 2013

India se conmueve





El caso de una nueva violación múltiple, conmueve de nuevo a India y al resto del mundo. Pero cuantos abusos más, de los que jamás tendremos conocimiento, se habrán producido en las últimas horas.
Hay dos asuntos que no estoy dispuesta a entender, aceptar, justificar ni a perdonar jamás: los abusos sexuales y el maltrato a mujeres y niños.
A mí sí me impacta y trastorna conocer, que en muchas zonas del mundo a los violadores ni se les persigue, ni se les castiga.
Pero qué les pasa por la cabeza a los hombres capaces de llegar a esto. Todos ellos tienen madres y la mayoría hermanas. Y muchos tendrán además hijas, cuñadas, sobrinas o nietas.
Nuestra civilización ha sido capaz de vencer enfermedades durante siglos incurables. De inventar una tecnología que avanza, en todos los campos, a pasos agigantados, sin límites. De viajar a otros planetas. Y sin embargo no ha logrado lo más básico. Inventar e imponer, a nivel mundial, una cultura no machista. Donde hombre y mujer sean iguales en derechos y deberes. Pues menuda decepción. En muchos países ha fracasado la educación, es decir, las facultades intelectuales y morales que transmitimos a los menores, generación tras generación.
No es la primera vez ni será la última, que no pueda contenerme y necesite escribir y abordar este tema. He hablado muchas veces con amigos psicólogos, y no les acepto que intenten justificar a estos “monstruos”, argumentando que tienen una falta de control sobre sus impulsos, una baja autoestima e inmadurez emocional. Y que algunos sufrieron traumas infantiles o abusos en su infancia.
Y qué podemos hacer me pregunto, cada vez que pierdo el sueño por alguna noticia de este tipo. Nada. Mirar hacia otro lado. No es nuestro problema. Resulta imposible proteger y salvar a tantísimas mujeres. No se puede intervenir ni presionar a otros gobiernos, líderes o mandatarios para que tomen medidas y actúen en consecuencia.
Sí, quizás sí podamos y más de lo que creemos. Aunque sólo sea rescatando una gota de un inmenso océano. No bajemos nunca la guardia con la educación de nuestros hijos, sobre todo de los varones. Pensemos bien que estamos fomentando y transmitiendo. Luchemos por no encarrilar a nuestros niños por la senda del machismo. No sigamos contribuyendo, por cultura y por herencia, para que nuestro mundo siga siendo machista. Por favor no gestemos ni más víctimas ni más verdugos. Y que los países líderes, presionen económicamente a aquellos que dejen campar a sus anchas a violadores y maltratadores.


1 comentario:

  1. Pienso que las redes sociales pueden ayudar a cambiar algo más ese mundo al que parece imposible llegar para hacer justicia. Tu artículo y tu blog son un grano de arena más en ese proceso.

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