sábado, 10 de marzo de 2018

La redacción



“La redacción” ha obtenido el 3º premio en el II Certamen de Microrrelatos, con motivo del Día Internacional de la Mujer, organizado por la Concejalía de Mujer del Ayuntamiento de Yecla. Los treinta microrrelatos presentados permanecen expuestos en el Edificio Bioclimático. Enhorabuena a Lorena Palao y a Juan José Arnau por el 1º y 2º premio. Y felicidades a todos los que se han presentado a este concurso. ¡A seguir escribiendo!


 La redacción

A pesar de la visita de su abuela paterna, todo un regalo que acontecía una vez al trimestre, Teresa no disfrutó tanto como se merecía del cariño, las atenciones y mimos de su única abuela. Tampoco de los productos culinarios  recién llegados de tierras gallegas que tanto agradaban a la chiquilla. El fin de semana se presentaba largo y complicado. Porque Teresa debía presentar el lunes, a primera hora, una redacción de un folio contestando a una pregunta aparentemente inocente y sencilla. ¿Y tú qué quieres ser de mayor?

Toda la familia de forma espontánea se manifestó verbalmente proponiendo ideas e inspiración a la niña, para que terminara lo antes posible su tarea. El caso es que Teresa tenía muy claro el enfoque y contenido de su redacción. Sus dudas y angustia radicaban en la probable reacción de su maestra, y sobre todo en la de sus compañeros de clase.

Por fin llegó el lunes. Y los alumnos por riguroso orden alfabético, uno a uno, fueron abandonando sus asientos y leyendo delante de la pizarra sus redacciones. Teresa sujetó con firmeza y seguridad su folio, miró al frente y comenzó a leer. Lo había ensayado tantas veces que casi se lo sabía de memoria. «Yo no he decidido todavía qué quiero ser de mayor. Pero sí tengo muy claro lo que no quiero ser. No quiero ser, mujer». Tras pronunciar sus dos primeras frases toda la clase estalló en una sonora carcajada. No tardó ni cinco minutos Ana, la maestra, en conseguir que todos callaran. Y siguió Teresa leyendo. Cuando terminó, las lágrimas rodaban por las mejillas de la maestra.

“He decidido que no quiero ser mujer, porque mi mamá se levanta siempre más temprano que mi papá para poner una lavadora, colocar el friegue y preparar nuestros desayunos. No quiero ser mujer porque mi mamá, cuando sale del trabajo por la tarde y me recoge de la ludoteca, me lleva a toda prisa a todos lados. A comprar fruta, a recoger un traje de papá de la tintorería, a por unas cordoneras para mi hermano… Cuando llegamos a casa, mientras le pido ayuda con los deberes, prepara la cena y la comida del día siguiente. Y nos sigue metiendo prisa para que entremos a la ducha, ordenemos nuestros cuartos, y dejemos dispuestas nuestras mochilas. Sin embargo cuando llega papá, de jugar al pádel los lunes y miércoles, y los martes y jueves de clases de inglés, él se sienta en el sofá y nos pregunta cómo nos ha ido, nos gasta bromas, nos hace cosquillas… A veces le pregunta a mamá si puede ayudar en algo. 

No quiero ser mujer porque mamá, que trabaja en una fábrica de colchones, siempre dice que sus compañeros hombres ganan más dinero que ella, por realizar la misma tarea. Porque mi abuela me dice, que cuando sea una adolescente tendré que llevar mucho cuidado con los chicos, que solo quieren tontear y besar a las mozas y, si se dejan, hacerles una barriga. No quiero serlo porque mamá siempre que va a comprar algo para ella o para la casa antes le consulta a papá. Y si a él no le parece bien se pospone para más adelante. No quiero ser mujer porque los domingos papá nos lleva al parque y a veces al cine, mientras mamá se queda en casa planchando. Y porque escucho muchas veces a mamá llorar y, aunque ella trate de disimularlo, su cara casi siempre está triste y cansada”.










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