lunes, 28 de marzo de 2022

Intemperie

 

 

Una noche por pura casualidad al encender la televisión me encontré con la película ‘Intemperie’ dirigida por Benito Zambrano. Se estrenó en noviembre de 2019 pero yo no recordaba ninguna crítica o comentario sobre esta película y decidí verla. Y acerté porque no me dejó indiferente este duro relato de dolor, miedo, supervivencia, valentía y dignidad que nos traslada a la España rural, pobre, analfabeta y hambrienta de la postguerra. A las relaciones de poder y explotación por parte de los terratenientes hacia los campesinos.

Desde luego que os recomiendo ver la película, pero mucho más leer la novela de Jesús Carrasco ‘Intemperie’. A mis manos llegó hace poco de manera totalmente casual e inesperada, un regalo en el más amplio sentido de la palabra. Es una joyita literaria.

Esta novela, en 2012, antes de ser editada en España, cosechó un rotundo éxito en la Feria del Libro de Fráncfort donde se vendieron sus derechos para publicación en Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Países Bajos, Noruega, Israel y Brasil.

Intemperie nos cuenta la huida de un niño de su pueblo por razones desconocidas en un principio para el lector. Aunque a mí esa primera intuición, presentimiento, no me falló. Un niño que, junto a un anciano cabrero solitario y taciturno, con quien se topa en el camino, se enfrentará con una fuerza y determinación inusitada a numerosas privaciones, adversidades y contratiempos para alejarse de lo que no quiere seguir viviendo. La historia, sin referencias temporales ni geográficas, se desarrolla a la intemperie, en un entorno muy duro, en un paisaje yermo, bajo un sol abrasador que el lector acaba por sentir.

Me resultó muy curioso que los personajes no tienen nombre propio. Siempre se alude a ellos con nombres comunes como el niño, el cabrero, el tullido, el alguacil y sus ayudantes, el padre y el maestro, entre otros. La novela aborda temas como la pérdida, el encuentro, el aprendizaje, los errores, el odio y la esperanza.

El autor, Jesús Carrasco, consigue desde el primer momento que el lector empatice con el niño y también con el cabrero, y con esa relación paternofilial que entre ambos se establece. La lectura, que no puedes abandonar, nos muestra a unos personajes con unas circunstancias, una vida, muy dura y violenta, pero en la que valores universales como la amistad, la solidaridad y la compasión prevalecen.

Merece la pena leer esta novela que te emociona y te hace pensar. Te muestra la inocencia y la maldad, al que tiene toda una vida por delante y al que ya todo lo vivió y opta por ayudar, por entregarse, por salvar.

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