jueves, 3 de marzo de 2022

Últimos días en Berlín

 

Con esta magnífica novela de Paloma Sánchez Garnica, finalista del Premio Planeta 2021, me he trasladado a 1933, a la Alemania de Hitler y a la Rusia de Stalin. Como bien le explica un personaje a otro “sistemas que se sustentan en el terror para mantenerse en el poder, cada uno a su manera, pero con el mismo resultado, cientos de miles de víctimas inocentes que han tenido la desgracia de vivir en un lugar y una época despiadados”.

He disfrutado muchísimo de esta lectura. Me ha hipnotizado, cautivado, de principio a fin. Me costaba y fastidiaba tener que dejar de leer esta novela llena de retazos históricos, de un tiempo siniestro y oscuro, de lucha, de supervivencia. Momentos en los que el ser humano saca lo mejor y lo peor de sí mismo.

Acompañada de personajes unos llenos de humanidad y empatía, y otros de una maldad descomunal he podido emocionarme, sufrir, alegrarme y reflexionar sobre temas tan variados y complejos como la amistad, el amor, los valores, la solidaridad, la familia, la envidia, los celos, la venganza y la crueldad sin límites.

A través de sus personajes Paloma Sánchez-Garnica nos va descubriendo como Hitler consiguió "doblegar la voluntad de la población, adiestrando con el odio al diferente o al que no piensa como ellos”. Convirtiendo a muchos alemanes en “seres sin compasión, arrancando de sus conciencias cualquier sentimiento de piedad, sin un ápice de pesadumbre ni arrepentimiento en su conciencia, una conciencia negra como el carbón”.

Pero también nos muestra la autora como muchos ciudadanos, representados por algunos de los personajes principales, sí fueron capaces de replantearse muchas cosas que antes daban por incuestionables y sólidas. “Se preguntaba por qué hacer daño a personas que no habían hecho nada, solo por el hecho de ser judíos". Aunque les costó un tiempo acabaron por rebelarse porque “el horror estaba ahí, y tarde o temprano te alcanza y te muerde el alma, te descarna”.

Leyendo la novela pensaba que es tremendo como los seres humanos caen una y otra vez en los mismos errores. Por culpa de unos pocos se enfrentan y mueren personas que solo querían y quieren vivir en paz. Casi 90 años después de que acontecieran los hechos que narra la novela volvemos a tener un dirigente ruso que ha invadido un país, Ucrania. Y que está dispuesto a hacer tanto daño como pueda, por su afán de imperialismo, por su paranoia y locura.

Y ya por último, y es una opinión muy personal, para mí esta novela más que finalista debió ser ganadora del Premio Planeta 2021.

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