lunes, 14 de julio de 2025

Una familia imperfecta

 

 

Me parece que ya he comentado en alguna ocasión que a veces cuando voy a la biblioteca el título, portada y contraportada de algún libro me atraen de manera irresistible. Así me ha sucedido con mi primera novela de Pepa Roma. Una gran novela que me ha generado cierta incomodidad, te remueve por dentro. A ratos me he sentido tan identificada con la protagonista, Cándida, que sentí ganas de dejar de leer.  

Pepa Roma nos habla de recuerdos incompletos y dolorosos, de secretos e historias familiares complicadas. De una madre tirana, dominante y egoísta. Unos hijos sumisos, atados por una cuerda de miedo y temor. De un padre desdibujado, siempre a la sombra de la madre. Y un hermano, Ángel, por el que siente un amor incondicional, al que acompaña en el proceso de su enfermedad.

Escrita en primera persona la protagonista nos muestra todos sus miedos, certezas y convicciones. Ha ido hipotecando su vida por obligaciones que no es capaz de evitar ni dejar a un lado. La autora aborda también otros temas como las relaciones de pareja, la discapacidad, el abuso a menores. Y nos muestra al detalle la ciudad, Barcelona, en la que ha crecido la protagonista. Descendiente de una saga familiar de la burguesía barcelonesa.

Comparto algunos párrafos que me hicieron reflexionar.  

“Toda madre espera de su hija una compensación por sus carencias. Lo que no fueron y quisieron ser; la falta de atención o ausencia del marido; la ayuda que les falta. Aquella madre que le dio la vida quiere cobrarse lo suyo, pide cuentas a su hija, le exige que le devuelva los cuidados, la vida que le dio – continúa la psicóloga”.

“Hay que escoger cada día. A cada momento”.

“En algún momento hay que parar, me detengo un instante ante el esplendor del aguacero en pleno mediodía, el verde intenso de los árboles de enfrente; detener la correa mecánica y encontrar tiempo para no hacer nada, entrar en un espacio de contemplación en el que uno se vuelve disponible a lo real. Dejarse penetrar por lo que nos rodea. Mi hermano está aquí para decírmelo y yo no había sabido escuchar”.

“Mi familia era un mundo que se ordenaba con mi madre en el centro y los demás girando en torno suyo como planetas en órbita alrededor del sol. El valor de quien tenía al lado, el valor de la vida de los demás, sobre todo la de sus hijos, se medía exactamente por el grado de utilidad que podía extraer de ellos”.

“Siempre he querido demostrarle a mi hermano que el valor de su ser es muy superior al que le enseñaron a otorgarse a sí mismo. La enfermedad al menos ha servido para esto, para descubrir cuánto valor tiene su existencia para mí, pero también para él”.

“Una conjunción de imágenes holográficas, donde puedes encontrar la sonrisa ingenua del niño junto a la resignación del viejo. Ése es el fantasma, imagino, que queda de nosotros, ese cuerpo astral donde queda impreso todo aquello que hemos hecho y nos ha hecho, lo vivido y lo soñado, la impronta de nuestras acciones y la que dejaron en nosotros los demás. Todo eso que nos hace singulares y nos define de alguna manera es la imagen que intercambian nuestros inconscientes y percibe todo aquel que conocemos y guardará de nosotros antes y después de muertos”.

“Siento el gran regalo que ha sido como hermano, que es. Más y más. El regalo que solo pueden hacerte esas personas que parecen estar ahí por nada, el regalo de su presencia, de su existencia; eso que te recuerda una verdad profunda y callada que no puede verse ni oírse, sólo percibirse por extraños caminos”.

“Dicen que en muchas culturas el loco, el demente, el deficiente es considerado un ser especial. Especial porque su misión es llevar por nosotros algo que hemos perdido: la ingenuidad, algún tipo de visión, eso que es eliminado o dañado en el proceso de hacernos adultos y aceptables”.

 


sábado, 28 de junio de 2025

Hijos de la fábula

 

 

Para mí siempre es un placer leer a Fernando Aramburu pero esta novela me ha generado cierto desencanto. No sé, esperaba otra cosa. Leyendo opiniones tras su lectura no termino de entender que algunos la definan como una novela “cómica, divertida, escrita desde la perspectiva del humor”. 

Hijos de la fábula es el tercer tomo de la trilogía Gentes vascas. Los protagonistas, Joseba y Asier, quieren integrarse en la banda terrorista ETA. Pero al poco de llegar al sur de Francia, ETA renuncia a la lucha armada y se quedan abandonados, con la pretensión de iniciar algo por sí mismos.

La novela muy bien escrita resulta amena, fácil de leer y me gusta su tono corrosivo e irónico. Sí comparto algunas opiniones que he leído sobre la misma.

El quejido de la humillación del ser humano se expresa en esta novela, donde el engreimiento se descalifica con la miseria del comportamiento de sus dos personajes. Una buena manera de despreciar la violencia, sostén que sostiene y que realza la perversidad de la poca inteligencia”.

“Situaciones absurdas y delirantes que ocurren en torno a los dos protagonistas masculinos, quienes decepcionados porque la organización ha abandonado las armas sin aparentemente lograr sus objetivos, deciden crear un nuevo comando ellos dos solos, pero sin ningún tipo de armamento ni nada que se le parezca”.

“He echado en falta personajes bien construidos y una historia coherente. Esperaba que fuese una crítica al discurso que sustentó la violencia. En cualquier caso, lo recomiendo”.

“No encontré la gracia en ningún sitio, los personajes rozan el ridículo y la trama es aburridísima. No he podido ni terminarlo. Con lo bien que escribe el autor, no entiendo este cambio de fórmula”. 

“Mantiene un trasfondo de lo que ocurre cuando la marabunta se separa y queda aislado el individuo que acabará sintiéndose más débil de lo que parecía cuando estaba rodeado de la masa”.

“Este libro me ha parecido una soberana tontería. ¿Da a entender que todos los integrantes de ETA eran tan necios como estos dos personajes que Aramburu nos presenta? No creo ni mucho menos que lo fueran, la verdad. Lo he leído íntegramente porque era un libro relativamente corto y porque realmente me pesa dejar los libros a medio leer, si no lo hubiera aparcado en la primera media hora de lectura”.


domingo, 22 de junio de 2025

La secta

 

 

La segunda entrega de la trilogía El mentalista, La secta, escrita por Camilla Läckberg y Henrik Fexeus aborda el peligroso mundo de las sectas. La novela resulta entretenida y aunque a ratos el ritmo aminora y resulta un tanto predecible, los autores nos atrapan en un clima de suspense, intriga, giros, sorpresas y ganas de seguir leyendo. 

Seguiremos conociendo más de la vida personal y familiar de los dos grandes protagonistas, Mina y Vicent, pero también del resto de compañeros del equipo investigador. En algunos tramos de la historia la acción y la investigación policial pasa a un segundo plano.

La novela nos da a conocer los aspectos más oscuros de la mente humana, y también la capacidad de generar esperanza y perseguir nuestros sueños. Camila y Henrik nos muestran los mecanismos a través de los cuales las sectas, de cualquier tipo, absorben gente, dinero y poder. También abordan temas como el racismo, la xenofobia, misoginia, la venganza y el extremismo.

De las conversaciones de los personajes me hicieron reflexionar algunos párrafos.

“Cualquier persona puede verse envuelta en una organización sectaria y cometer actos de los que nunca se habría sentido capaz. Y todo a cambio del sentimiento de pertenencia a una comunidad”.

“Algunos investigadores han demostrado paralelismos entre las sectas religiosas, los movimientos políticos y las ideologías totalitarias en general. Lo que todos tienen en común son ciertos paralelismos extremos de pensamientos”.

“Nadie cree que pueda ser captado. Nadie se considera sugestionable. Pero el ser humano es un animal gregario. Nos gusta seguir al rebaño y el rebaño necesita un líder que lo dirija. Las sectas simplemente se aprovechan de nuestra programación psicológica más instintiva y profunda”.

“Una de las partes más difíciles de su trabajo era el hecho de no poder dar respuestas a las personas que las necesitaban”.

 


jueves, 12 de junio de 2025

Los cien años de Lenni y Margot

 


Os recomiendo esta novela de Marianne Cronin. Una historia llena de vida, entrañable, un precioso homenaje a la fuerza indestructible de la amistad. La autora de manera sencilla, directa y amena, con delicadeza y el toque justo de dramatismo aborda temas tan duros como una enfermedad terminal y la muerte.

Desde el principio consigue que las protagonistas, Lenni y Margot, dos mujeres fuertes con ganas de ayudarse mutuamente y a los demás, conquisten un pedacito de nuestro corazón. Iremos conociendo poco a poco sus vidas, antes de establecer una sincera y profunda amistad durante su estancia en un hospital. Emprenderán un proyecto muy creativo, que dejará huella, para canalizar emociones.

Marianne Cronin nos habla de la amistad, del amor a la familia, de superación y esperanza, del poder del amor, de las decisiones que tomamos, del tira y afloja continuo de la vida en general. Nos motiva a arriesgarnos, a sobreponernos, a perder el miedo, a meditar y reflexionar. A que vivamos cada día como si fuera el último, y sigamos disfrutando de historias como esta.