Me fascina la habilidad de Javier Zueco para transportarnos en el tiempo. Y como utiliza el ajedrez como hilo conductor, desde un punto de vista literal y metafórico, para darnos a conocer una parte de nuestra complicada historia.
La novela ambientada en el siglo XV combina magistralmente historia, intriga y suspense. En este viaje al pasado asistimos a una conspiración política para colocar en el trono a Isabel de Castilla tras las guerras civiles entre los partidarios de Alfonso XII y Enrique IV.
Acompañando a unos personajes únicos, fuertes, a los que la vida no les ha puesto las cosas fáciles, disfrutaremos de intrigas palaciegas, luchas de poder, revueltas de nobles, transformación social y escarceos amorosos. La novela con un trabajo de ambientación e investigación sublime te atrapa de principio a fin.
Nos cuenta Javier Zueco, en la nota histórica, que “el ajedrez tiene sus orígenes en la India, se perfeccionó en Persia y el islam lo modeló antes de traerlo a Occidente.
Fue introducido en España por los árabes alrededor del año 850. En el Medievo, el ajedrez era considerado un juego de reyes. Alfonso X, el sabio, dejó muy claro en uno de sus libros que el ajedrez era una magnífica herramienta para la buena convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos.
El juego no presentaba ninguna pieza con simbología femenina, existía una pieza denominada alferza, que vendría a personificar a un ayudante del rey. Sus nuevos atributos, se convierte en la reina, aparecen por primera vez en 1475.
Las reglas del ajedrez actual se originaron en España. Francesch Vicent escribió el primer tratado del mundo sobre el ajedrez moderno. El incunable fue impreso en 1495 en Valencia. Al último ejemplar se le perdió la pista en 1811 durante la guerra de la Independencia.
El ajedrez es un juego distinto a todos los demás, ya que es el único donde el azar no interviene. Nadie tiene suerte en el ajedrez, solo ingenio. Se prima la inteligencia, la astucia, el juego psicológico, el control de tus instintos y el aprendizaje de tus propios errores”.