La novela de Luis Zueco seduce y engancha desde el principio. Su lectura resulta fácil, ágil y entretenida. Junto al protagonista de la novela, Bruno Urdaneta, sobrino y aprendiz de un veterano cirujano, viajaremos por las ciudades donde surgieron los tres primeros colegios de cirugía de la España de finales del siglo XVIII. Barcelona, Madrid y Cádiz.
Los personajes están muy bien definidos y muy trabajadas las descripciones de los lugares por donde transcurre la vida del protagonista, que posee una pasión y un talento innatos para la cirugía. Y una valentía extraordinaria para afrontar todas las dificultades que le irá presentando la vida. Con este personaje Luis Zueco rinde un merecido homenaje a la profesión médica.
El autor nos va mostrando cómo iba avanzando la medicina y la cirugía. El protagonista de la novela obsesionado por las infecciones tras las intervenciones quirúrgicas fomentará los hábitos higiénicos, e investigará sobre la posibilidad de reducir o anular el dolor en los pacientes antes de operarles.
Bruno se esforzará mucho para ampliar sus conocimientos de anatomía y dejar atrás las supersticiones y los remedios de curanderos, para tratar adecuadamente las enfermedades y lograr que más pacientes sobrevivan a las intervenciones. Se especializará en los partos, porque quiere reducir el elevado número de fallecimientos de madres e hijos que se daban en aquella época.
Asistiremos también a los profundos cambios ideológicos, sociales y económicos que llegaron con la invasión de Napoleón a España y
la guerra de la Independencia. Todo un pueblo se convirtió en ejército porque tenían claro que la libertad es el bien más preciado de un ser humano.
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