La novela
de Celia Santos resulta entretenida, fácil y rápida de leer. La he disfrutado y
agradezco a una amiga que me la recomendara, pero esperaba un poco más. Aborda
el tema de la emigración de los españoles a Alemania entorno a los años 60, y quizás
lo hace muy por encima. En mi opinión pesa más el toque de novela romántica, una
historia de amor poco creíble, que el reflejo de la situación social, las
condiciones de vida y trabajo que afrontaron cientos de personas para sacar
adelante a sus humildes familias y a sí mismos.
La novela
aborda temas como la amistad, un vínculo que suple a la familia que ha quedado lejos,
y que da mucha fuerza para afrontar las duras jornadas de trabajo en una
fábrica de instalaciones anticuadas, viviendo en barracones mal acondicionados,
tratando de aprender un nuevo idioma, enviado a los suyos una parte importante
del jornal, contando muchos de ellos los meses para poder regresar. También trata el tema de la pérdida, del duelo, por la muerte de seres queridos. De las clases sociales, la envidia y la venganza.
La autora además de supervivencia y desarraigo, también nos muestra como una de las protagonistas descubre el mundo de la reivindicación, de los sindicatos que luchaban para mejorar la vida de los demás. La lectura de la novela te lleva a reflexionar, conecta con la actualidad, porque algunas de las situaciones que muestra lamentablemente no distan mucho de la realidad que vivimos.
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