Sin lugar a duda os recomiendo leer la novela de Jennifer Chiaverini. La historia transcurre en la Alemania de 1929 a 1943, aborda el antes, durante y después de la llegada de Hitler al poder.
A lo largo de mi vida he leído mucho y he visto películas sobre este tema.
Esta novela me ha aportado información nueva, he descubierto algunas cosas que no sabía. Nos muestra muy bien a nivel político, económico y social todo lo que pasó, los motivos y cómo se pudo llegar a aquella situación.
La novela nos descubre la vida de cuatro mujeres, extraordinarias, que formaron parte de la Orquesta Roja. Una organización de la resistencia contra el sistema nazi. Tres de estas mujeres existieron en realidad, una es ficcionada. La autora nos cuenta su historia desde el punto de vista de cada una de ellas.
Jennifer Chiaverini nos acerca a personajes muy valientes que se resistieron a la realidad que los rodeaba y trataron de cambiarla arriesgando su propia vida. Dieron a conocer al mundo qué estaba pasando, esperando obtener ayuda. Pero esa ayuda llegó persiguiendo sus propios intereses y muy tarde.
A estas alturas ya deberíamos haber aprendido muchas cosas, pero me temo que no. La novela invita a la reflexión. Comparto algún que otro párrafo, tan, tan acertado…
“No te acostumbres nunca a lo insólito y atroz. Si lo haces, poco a poco acabarás aceptando cualquier cosa”.
“Para hacer mucho daño en poco tiempo no les hace falta ser líderes competentes, basta con el odio y la violencia”.
“Hitler no es presidente, ni canciller, ni lo va a ser nunca. El pueblo alemán jamás aceptará que alguien como él será su líder”.
“Donde se queman libros, se terminan quemando también a personas”.
“Repentinamente, de manera inexplicable y voluntaria, el pueblo alemán había decidido con su voto salir de una república democrática para entrar en una dictadura”.
“Extremadamente peligroso, poderoso y cruel, capaz de actuar caprichosamente con toda la fuerza del ejército alemán y de millones de fanáticos devotos”.
“Le aterraba ver la rapidez con que personas normales y razonables se habían convertido en fanáticos de mirada vidriosa que ondeaban banderas y gritaban eslóganes”.
“No le cabía en la cabeza que ninguna persona sensata pudiera creerse nada de lo que decía Hitler. Hablaba de paz y los cazabombarderos alemanes sobrevolaban Inglaterra. La paz de Hitler sería una tregua insostenible que le acabaría dando el control de las naciones soberanas. Le convertiría en el conquistador de Europa. Significaría la esclavización y la muerte de millones de personas”.
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