La novela de Julia Navarro me ha sabido a poco, resulta entretenida pero espera más. La trama prometía mucho porque analiza el comportamiento, motivaciones, pensamientos y acciones de un terrorista islámico, Abir, y de un colaborador judío del Mosad, Jacob. Dos personas de distinta cultura y religión, con importantes traumas y secuelas por los hechos tan dramáticos que vivieron hace años. Que se sienten rechazados y marginados, en tierra de nadie.
La autora aborda temas como la ideología, el fanatismo radical, la venganza, el peligro de cultivar el odio y no aprender de los errores pasados. También de la valentía de uno de los personajes femeninos para rebelarse contra sus costumbres y cambiar de vida, aun a costa de ser repudiada por su familia. Resulta interesante observar como uno de los personajes, Jacob, empieza a cuestionarse lo que le imponen y los valores y prejuicios con los que le han criado. Julia Navarro nos lanza un importante mensaje, “estamos condenados a comprendernos y respetarnos, lo contrario sería estar siempre en guerra. Es necesario romper las cadenas de odio y cuestionarnos cada una de nuestras convicciones”.
La lectura resulta muy amena, con capítulos cortos. No digo que sea una mala novela, ni mucho menos, pero a mí me ha resultado un tanto previsible y en ocasiones inverosímil.
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