lunes, 11 de abril de 2022

Transbordo en Moscú

 

 

Eduardo Mendoza comparte con el lector a través de sus personajes, a ratos con un sentido del humor ácido e irónico que te provoca una carcajada, pero que también te hace sentir cierta nostalgia, derrotismo y amargura, sus opiniones sobre un amplio abanico de temas. La novela amena y de lectura rápida analiza muchas cuestiones actuales desde distintos ángulos.

 

Las andanzas del protagonista, Rufo Batalla, nos permiten viajar por todo el mundo y también trasladarse en el tiempo a finales del siglo XX. Nos encontramos con la caída del muro de Berlín, la transición política y la prosperidad económica española, los últimos coletazos de la Guerra Fría, el espionaje tras el Telón de Acero, donde nadie se fiaba de nadie, las ideologías del fascismo y el comunismo, entre otros temas.

 

‘Transbordo en Moscú’ es la tercera y última entrega de la trilogía protagonizada por Rufo Batalla. ‘El rey recibe’ y ‘El negociado del yin y el yang’. Aunque se pueden leer de forma independiente quizás debí leer antes las anteriores, ya veremos si lo hago.

 

Comentaba el autor sobre su novela que “hay cosas que nunca cambiarán su curso y el paso de los años, lejos de hacer que soplen vientos de progreso, solo contribuye a afianzar nuestra primera impresión. El mundo continuará siendo desconfiado, parasitario e interesado y nosotros nos tornaremos egoístas, mezquinos e inflexibles”.

 

En la novela de Mendoza la lectura y los viajes cobran gran importancia.

“Leer es indispensable para forjar nuestro propio criterio sobre lo que nos rodea y así desmantelar los puntos de vista vacíos de fundamento. Solo leyendo podremos desentrañar la verdad que se esconde detrás de tantas palabras sonoras y rimbombantes. Viajar, por otro lado, nos permitirá apreciar con nuestros propios ojos lo que hasta entonces solo habíamos aprendido en un trozo de papel”.

 

Sinopsis

 

La vida de familia y la de agente secreto no son fáciles de compaginar. Las aventuras de Rufo Batalla parecen terminar tras casarse con Carol, una rica heredera. Pero siempre por razones ajenas a su voluntad Rufo viajará a Londres, Nueva York, Viena o Moscú y se enfrentará a situaciones insólitas, obligado a desempeñar papeles que nunca habría elegido. Asiste el lector a los fenómenos sociales de la etapa final del siglo XX a través de la impagable mirada de un Rufo Batalla dividido entre una plácida existencia y su compromiso con el pretendiente a un trono de opereta. Nada de cuanto le sucede, sin embargo, le hace perder la compostura. El fin de siglo presagia cambios irreversibles.

 

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