viernes, 14 de agosto de 2015

Calores que enloquecen



Escuchaba hace unos días a Manuel Marín, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Sevilla, explicar que “el calor extremo, durante muchos días, afecta a la conducta de las personas que lo sufren. El calor incrementa la irritabilidad y la agresividad”.
Según un artículo publicado en Psychiatric Services por el equipo de Antoni Bulbena, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, es conocido que “en la época del año de mayor luminosidad empeoran los cuadros eufóricos y maníacos”.

No puedo negar que el calor excesivo, al menos a mí, sí me genera mal humor y agotamiento. Pero nunca me había planteado “que pudiera existir un vínculo sustancial entre el clima y los conflictos” como aseguran investigadores de la Universidad de Berkeley en California. 

Sin contradecir a estos señores, ni ser fatalista y/o exagerada quizás sería bueno reflexionar sobre lo que está aconteciendo. Me resulta preocupante que en menos de dos meses hayan sido asesinadas, por ex parejas y padres, trece personas entre mujeres y niños. Pero qué está sucediendo este verano que parece haber decidido no darnos tregua entre uno y otro acto cobarde, violento, salvaje, imperdonable e injustificable. Si la temperatura media del planeta irá en aumento como algunos pronostican, se multiplicarán también estos lamentables sucesos, o solo es pura casualidad.

Leyendo un post de Beatriz García Manso, que comparto por completo, queda claro que hay que seguir trabajando y mucho porque “la violencia de género es un gravísimo problema social que nos afecta y define como sociedad".
“Son muchas las mujeres que todavía entienden como normales comportamientos que no lo son. Prefieren callar para no preocupar a sus seres queridos. Y también hay bastantes familiares que lo ocultan por vergüenza o porque creen que podrán arreglarlo de puertas para adentro. Antes, durante y después de la denuncia, la víctima necesitará un apoyo incondicional de todo su entorno”.

Para quien todavía tenga dudas, la violencia de género está definida legalmente en el artículo 1º de la Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Por esta Ley se establecen medidas de protección integral cuya finalidad es prevenir, sancionar y erradicar esta violencia y prestar asistencia a sus víctimas. Se considera violencia de género, aquella que se ejerce por los hombres contra las mujeres, por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado unidos a ellas por relaciones de análoga afectividad, aun sin convivencia en el momento de producirse los hechos. Eres víctima de violencia de género cuando seas objeto de actos de violencia física y/o psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad.


Si de verdad queremos erradicar este grave problema, problema que mata y destroza familias completas de por vida, exijamos una y mil veces, que ni de broma o por despiste o descuido se toleren, fomenten y mantengan actitudes machistas. Vengan de donde vengan. De la publicidad, la televisión, el cine, la música, el arte, la moda o la literatura. Deben realizarse más campañas de sensibilización, y mejorar y prolongar la educación en igualdad y convivencia cívica. También aumentar la formación especializada de todos los profesionales que intervengan en casos de violencia de género.

No queda otra que batallar contra el miedo, el silencio y la vergüenza, cómplices del maltratador. De los hombres capaces de agredir y matar, cuando la persona con la que han convivido decide plantar cara y no seguir soportando un trato que ni los animales merecen.



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