martes, 18 de agosto de 2015

“Matar a un ruiseñor” de Happer Lee.




Matar a un ruiseñor fue publicada en la era de la lucha por los derechos civiles. Pronto se convirtió en algo más que una novela. La película en la que Gregory Peck interpretaba a uno de los personajes centrales, Atticus Finch, contribuyó a ello. La novela recibió el premio Pulitzer y vendió más de cuarenta millones de ejemplares.

 

Aunque vi la película hace años no había leído la novela de esta escritora estadounidense, que nos traslada a la vida en su pueblo durante los años de la Gran Depresión. La historia muestra a una comunidad dominada por los prejuicios raciales, por la desconfianza hacia lo diferente y la rigidez de los vínculos familiares y vecinales.

 

He disfrutado mucho leyéndola y la recomiendo sin duda alguna porque, entre otras cosas, nos enseña a respetar al prójimo y a ponerse  su piel.

 

“Un respetado hombre en su comunidad y modelo de rectitud, defiende a un hombre afroamericano acusado falsamente de la violación de una mujer blanca, en el marco de un Sur muy racista, donde los prejuicios por el color de la piel le supone la condena. La defensa de este hombre acarreará a Atticus muchas dificultades con sus vecinos racistas”.


 

 

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