El miércoles 21 de
noviembre asistí a la conferencia titulada “La Educación Emocional y los
Derechos de la Infancia” impartida por Ana Peinado, doctora en Psicología. La
charla fue organizada por la Plataforma de la Infancia en Yecla, por el Día
Internacional de los Derechos del Niño que se celebra el 20 de noviembre.
La ponente analizó,
nos hizo reflexionar, de forma cercana y muy amena, con ejemplos prácticos, sobre
algunos de los derechos reconocidos a los niños. La charla finalizó con un
ejercicio. Nos pidió cerrar los ojos y respirar profundamente, con calma, bien
relajados. Nos dijo que recordáramos el momento en que vimos por primera vez la
cara de nuestros hijos. Que notáramos ese primer contacto piel con piel, su
tacto, su olor. Esa emoción, ese momento mágico, único, de experimentar el amor
más puro que se puede sentir. Esa sensación de que depende por entero de ti. Y ahora,
dijo, “piensa en la imagen, en la cara actual de tu hijo. Es el mismo bebé, es
el mismo amor. Por muy cansado o enfadado que puedas estar recuerda que siempre
hay algo que os une, ese amor tan intenso de la primera vez que le tuviste en
los brazos. Poco a poco, ir abriendo los ojos”.
Cómo no compartir una
pincelada de cuanto nos dijo Ana Peinado, pensando sobre todo en los que por
distintos motivos no pudieron asistir. A mí desde luego sus palabras me
ayudaron a reflexionar, y bastante.
¿Qué os parecen los
derechos de la infancia? Demasiado amplios, idílicos, o los veis muy reales. ¿Cómo
puedo empezar a aplicarlos en mi entorno, en mi casa? Contribuir a que sean
realidad.
¿Qué porcentaje de genética,
de circunstancias y de lo aprendido creéis que conforman nuestra actitud ante
la vida? Un 50% es genética, un 10% circunstancias y un 40% lo que has aprendido”.
“Los niños tienen
derecho a jugar y divertirse. ¿Cuántas horas al día juegan vuestros hijos
menores de 9 años? Tres horas, una hora, media hora. No juegan de lunes a
jueves”.
“Por favor permite
a tú hijo que sea niño, que juegue. Con cuatro años no necesita ir a clases de
inglés a una academia. Ya aprenderá, tiene toda una vida. Y si hace alguna
actividad extraescolar asegúrate que realmente le guste al niño. Probablemente
no será lo mismo que te gusta a tí”.
“Las riñas entre
hermanos es parte del juego, es un entrenamiento para la vida. Nunca hay que
intervenir, al no ser que veáis sangre. Si intervienes, inevitablemente, tomas
partido por uno de ellos”.
“En todas las
familias hay un hijo ‘oasis’, es ese hijo responsable, bueno, obediente, que no
da problemas. Suele ser el primero, para que no te desanimes a repetir. Y un
hijo ‘maestro’, es el hijo difícil, el que ha venido a enseñarte a ser madre,
padre. El que te hace leer libros, ir a conferencias, pedir ayuda, para lidiar
con él”.
“Ante una riña o
trastada casi siempre damos por supuesto que el responsable es el hijo ‘maestro’.
Nos vamos directo hacia él, a reprenderlo, castigarle. Y le decimos cosas como
por ejemplo: si sigues así nadie te va a querer, eres un desastre etc. Mucho
cuidado con este tipo de mensajes, son hechizos de Maléfica que calan muy hondo
en el cerebro, que se transforman en creencia.
Cada vez que tu
hijo cometa un error o algo no le salga bien esa frase, ese hechizo,
permanecerá en la base de su autoestima. Conviértete en hada buena en vez de en
Maléfica. Aprender a decirle a vuestros hijos las cosas de otra manera, de una
forma mucho más positiva”.
“A los niños hay
que enseñarles a pedir perdón. Pero cuando son muy pequeños esa palabra es
vacía, suena hueca, no la entienden. Yo propongo la compensación de daño. Esto
se usa mucho en terapia de parejas. Consiste en hacer tres cosas buenas por el
otro, para reparar el daño causado. A la próxima se lo pensará”.
“Mucho cuidado
también con las expresiones que usamos delante de nuestros hijos. Qué creencias
de la vida les transmitimos. Si constantemente decimos cosas como: todo me sale
mal, nada merece la pena, esta vida es una mierda… Tú hijo acabará siendo un
persona pesimista. Enséñale a ver lo bueno de la vida, del mundo”.
“Pon a tu hijo
todos los días al levantarse frente al espejo y que diga frases positivas de él
mismo. Soy guapo, soy estupendo, soy capaz… Siempre sin compararse con nadie.
Repitiendo esto durante 21 días seguidos se convertirá en hábito. Hazlo tú
también cada mañana”.
¿Habéis oído hablar de las inteligencias múltiples? La
inteligencia no sólo se reduce a lo académico sino a una combinación de todas
las inteligencias. Existen
ocho tipos distintos de inteligencias: lingüística, lógica-matemática, visual-espacial,
auditivo-musical, corporal-kinestésica, intrapersonal, interpersonal y
naturalista”.
“Es
muy importante determinar qué tipo de inteligencia predomina en tu hijo. Qué
habilidades tiene, cómo se manifiestan. Estaros atentos con qué se divierte, a
qué prefiere jugar. Con un puzle, dibujando, no para quieto un minuto, habla
muchísimo…”
“Si
tu hijo, por ejemplo, tiene inteligencia corporal-kinestésica será un niño muy
movido, inquieto, que no para sentado, muy hábil en el deporte. A lo mejor
puede ser una buena idea, por ejemplo, que cuando esté sentado use una pelotita
antiestres”.
“Si
tu hijo saca un 0 en matemáticas y un 10 en dibujo no le apuntes a clases de matemáticas.
Hazlo mejor en lo que ya es bueno, en lo que destaca. Quizás sea un genio en
esa disciplina o materia”.
“Los
niños tienen derecho a la alimentación. No obligues nunca a comer a tu hijo. Edúcalo
en comer. El cerebro avisa al cuerpo cuando tiene hambre, algunos se sacian con
muy poco. A la hora de la comida crea un clima relajado, no de conflicto, no
eternices las comidas, que respete unos horarios. Y sobre todo no ofrezcas a tu
hijo lo que no debe comer. No tengas en casa cosas comestibles que no son
alimentos. Por ejemplo, patatas fritas, bollería industrial, chucherías… eso no
es alimento”.
“Seguro
que como me sucedía a mí vuestras madres os obligaban a tomaros un vaso de
leche antes de ir al colegio. En mi caso no me apetecía, se me revolvía el estómago,
me sentaba mal. Un 70% de niños menores de 8 años no toleran bien la leche a
primera hora de la mañana. Por qué insistir en ello, ofrécele fruta por
ejemplo. O hazle el bocadillo un poco más grande, o acompáñalo de un puñado de
frutos secos”.
“Los
niños tienen derecho a tener un hogar. Pero qué clima de relajación se respira
en casa, da gusto vivir allí, o predominan los gritos, los enfados. Con los
hijos adolescentes pensar cómo erais vosotros a su edad, preguntar a vuestras
madres. Por qué prefieren pasar el mayor tiempo posible con sus amigos.
La
etapa de la adolescencia se pasa, es un proceso necesario que tienen que vivir.
A veces es tardío. He conocido en consulta a adolescentes de 40 años. Pensar que
vuestra manera de funcionar es muy diferente a la de vuestros hijos
adolescentes. Tener mucha paciencia, ellos también lo están pasando mal”.
¿Cómo
tienen su habitación vuestros hijos adolescentes? Todo revuelto, un desastre. Os
enfadáis, les gritáis. Ya os digo yo que no sirve para nada. No intentes
cambiar su conducta, cambia tu creencia. Donde tú ves caos tu hija ve
Bershka,
y está encantadísima. Que su habitación esté recogida no es tú responsabilidad,
es la de ellos. No cojas su ropa sucia y la lleves a la lavadora. Que lo hagan
ellos. Cuando no tenga qué ponerse, o su suéter preferido, aprenderán”.
“Los
niños tienen derecho a la salud. No solo a la física, también a la salud emocional.
Tienen que aprender a reconocer emociones en sí mismos y en los demás, así
podrán adaptarse a las situaciones. Tienes que cuidar tu autoestima,
autocontrol y tus habilidades sociales, porque tu hijo aprende más con lo que
ve que con lo que oye. Recomiendo a los padres que todos los días hagan al
menos cinco minutos de relajación. Os vais a ahorrar una pasta en psicólogos”.
“Los
niños tienen derecho a la educación. A educarse en función de sus inteligencias
múltiples. Así tendrán motivación para estudiar, para dedicarse y esforzarse con
lo que realmente disfrutan.
¿En
qué es bueno tu hijo, qué patrón de pensamiento usa? Lingüística, lógica matemática…
Pues que se forme en eso”.
“Un
80% de la población es visual-espacial, estudian con esquemas, resúmenes, dibujos.
Un 15% es corporal-kinestésica, necesitan moverse mucho. Y un 5% es auditivo-musical,
estudia con música, con la tele encendida, en voz alta”.
“Los
niños tienen derecho a opinar. En casa se debe ejercer ese derecho desde bien
pequeños. Tienen derecho a ser escuchados, aunque luego ya se verá si se hace o
no lo que digan, lo que propongan. Hacer asambleas familiares, reuniones, una
vez a la semana. Así aprenderán a dar su
opinión, la tengamos o no en cuenta, aprenderán en opciones, en alternativas”.
“Los
niños tienen derecho a la igualdad. Es fundamental desde bien pequeños que las
niñas sepan decir ‘no’ y los niños aprendan a respetar ese ‘no’. Nunca demos
esto por sentado, hablar muchísimo con ellos sobre esto”.
“Los
niños tienen derecho a una infancia. ¿Queréis a vuestros hijos? ¿Cuántas veces
se lo decís al día? Cuando son pequeños lo hacemos casi constantemente, pero según
crecen se nos olvida. Pues hay que decirles todos los días, aunque ya tengan
una edad, que les quieres”.
¿Bailamos?
http://www.anapeinado.es/
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