El viernes 17 de junio asistí a la charla titulada “La
epidemia del cannabis” impartida por Diego J. Palao Vidal, doctor en
psiquiatría, director ejecutivo del Servicio de Salud Mental del Hospital
Universitario Parc Taulí, y profesor titular de psiquiatría en la Universidad
Autónoma de Barcelona.
El ponente dejó claro que el consumo de cannabis se está
convirtiendo en una epidemia, que causa menos alarma que el virus del ziKa. Comentó
que muchos jóvenes creen que pueden controlar su consumo. Es necesario
desmontar muchos mitos como por ejemplo creer que el hachís y la marihuana no
son nocivos. Son una droga y tóxica. Que crea adicción y produce cambios de
comportamiento muy serios. Afecta a la salud física y mental, y son una puerta
para la adicción a otras sustancias.
“Las sustancias legales que más consumen los jóvenes son
alcohol y tabaco, en un 70% y 30% respectivamente. De las drogas ilegales el
cannabis es el rey”.
“El Cannabis sativa es una especie herbácea con
propiedades psicoactivas. Contiene más de 400 compuestos químicos diferentes
que actúan sobre el sistema nervioso. El compuesto químico predominante es el Tetrahidrocannabinol,
THC.
El THC en dosis altas altera la percepción de tiempo y
espacio. Puede provocar alucinaciones y delirios, y desencadenar algunos
síntomas esquizofrénicos. También reduce el dolor, estimula el apetito, ayuda a
reducir las náuseas e induce a un estado de relajación”.
“El hachís son los cogollos florales de las plantas
femeninas. Presentan una concentración
de THC de hasta un 15-50%.
La marihuana es la parte aérea de la planta. El triturado
seco de flores, hojas y pequeños tallos. La concentración de THC es del 1-5 %.
El aceite de hachís es la mezcla de resina con algún
disolvente como acetona, alcohol o gasolina, el cual se evapora y deseca dando
lugar a un mixtura vizcosa. Las proporciones de THC son muy elevadas, hasta un
50%”.
“En
España un 30% de la población ha consumido alguna vez en su vida cannabis. Un
9% lo hizo en los últimos 12 meses. Un 7% en los últimos 30 días. Y un 2% a
diario en el último mes, la mayoría de 15-24 años”.
“Desde
el año 2013 los jóvenes han empezado a consumir más cannabis que tabaco. En
jóvenes de 14 a 18 años, un 28% los chicos y un 23% las chicas”.
“Un
8% de jóvenes de 14 años y un 18% de 18 años lo consumen de forma problemática.
Un
10% de los consumidores de cannabis desarrollará una adicción y tendrá
problemas muy serios”.
“No todo el mundo que consume alguna droga desarrolla una
adicción. Pero no nos engañemos, quien consume en dosis altas y de forma
prolongada tarde o temprano tendrá problemas graves de salud física y mental. Y
el riesgo de adicción irá aumentando”.
“Todas las drogas actúan sobre el sistema de recompensa
cerebral. Experimentas una sensación placentera inmediata, empiezas a tolerarlo
y el cuerpo pide más, por eso enganchan”.
“El cannabis es una puerta al consumo de otra sustancias.
Un 9,5 % de los adictos al cannabis tienen riesgo de engancharse a otra
sustancia. Cuanto más joven es la edad de inicio, más dosis y más tiempo
consumiendo peores serán los efectos”.
“Fumarse 5 o 6 porros diarios durante años produce grave
deterioro cognitivo e inicio a la demencia. Si se empezó muy joven será
imposible recuperar al 100% ese cerebro”.
“El cannabis actúa en varias zonas del cerebro. Los
consumidores crónicos presentan alteraciones en las funciones cognitivas y
ejecutivas. Afecta a la atención, al aprendizaje, la memoria y el rendimiento.
Provoca problemas de coordinación y habilidades motoras y verbales. Disminuye
la contracción muscular”.
“El cannabis también provoca algo que muchos desconocen, enfermedades
pulmonares graves crónicas y cáncer. Disminuye el deseo sexual y genera
impotencia. Causa depresión y ansiedad patológicas. Los síntomas psiquiátricos
son muy incapacitantes. Ya no puedes llevar una vida normal. La motivación e
ilusión que nos mueve a todos se atrofia por el consumo. El riesgo de padecer
psicosis y esquizofrenia aumenta hasta en tres veces”.
“El consumo crónico de cannabis se asocia a un estado
amotivacional: presencia de apatía e incapacidad para hacer frente a nuevos
problemas y desarrollar planes de futuro”.
“La magnitud del deterioro neuropsicológico y su
persistencia tras la abstinencia depende de la frecuencia y duración del uso
del cannabis, la duración de la abstinencia y la edad del inicio del consumo”.
“Un adicto que vuelve a consumir regresa a la misma situación
de cuando consumía de forma muy rápida. Hay que conseguir la abstinencia
permanente”.
“En la adolescencia el cerebro es mucho más sensible al
efecto del cannabis y de las drogas. La clave es la detección precoz, para
actuar antes de que se produzcan efectos irreversibles en el cerebro”.
“La padres tienen que enfrentarse a este problema sin ser
indiferentes, permisivos o autoritarios. Aunque por un tiempo tengan que asumir
‘la reducción de daños’ no pueden conformarse, deben lograr la abstinencia
permanente, deben buscar ayuda profesional”.
“Hay
que desmontar muchos mitos. Como creer que el hachís o la marihuana es menos
nocivo que el alcohol y el tabaco. Que sea una droga de origen natural no
supone que no tenga efectos negativos sobre la salud. El tabaco también es un
producto natural y su consumo es una de las principales causas de muerte en el
mundo”.
“Sobre
su posible uso terapéutico quiero señalar que los usos médicos del cannabis se
corresponden en su práctica totalidad a fármacos obtenidos en laboratorio, y no
al hachís o a la marihuana que circula por las calles”.
“También
hay que acabar con el mito de que si el cannabis se legalizara se consumiría
menos. Todas las drogas son peligrosas. Y si se legalizaran habría más acceso y
más problemas”.
“Hay
que mejorar la información sobre el uso del cannabis y sus consecuencias
negativas en la salud médica y mental a corto y largo plazo”.
“Todos
podemos ayudar y contribuir con refuerzos positivos para llegar a tomar la
mejor decisión. Hay que acceder a ayuda profesional porque no somos capaces de
conseguirlo solos”.
“Para
superar la adicción al cannabis o a cualquier otra sustancia todos tienen que
involucrarse. Padres, profesores, médicos, líderes juveniles, agentes sociales,
publicistas, periodistas, políticos”.
“En las zonas o barrios más desfavorecidas con menos
recursos, aumenta la incidencia de consumo de drogas y de trastornos mentales”.
La charla fue organizada por la Asociación para la Rehabilitación de problemas con el Alcohol, las Drogas y otras Conductas Adictivas, ARY. Con motivo de la celebración el 26 de junio del Día de la lucha contra el uso indebido y tráfico ilícito de drogas.