domingo, 28 de marzo de 2021

El enigma de la habitación 622

 

 

Una noche de diciembre un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido.

 

Pero años más tarde el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo. Scarlett, la bella huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.

La novela de Joël Dicker te atrapa desde el primer momento con un arte, una maestría, intriga, suspense, destreza narrativa, una atmósfera de misterio y una conexión con el lector impresionantes. La devoras, no puedes dejar de leer.

La historia es una caja de sorpresas, de secretos, donde los personajes se engañan y son engañados. Abres el libro y ya no lo puedes soltar porque te sientes allí, junto a los personajes en los distintos escenarios y secuencias. El autor te traslada a lo más profundo de la mente humana. Y cuando crees entender y haberlo descubierto todo, la historia da un giro inesperado, magistral.

Si te gustan las novelas de suspense, el thriller, la vas a disfrutar muchísimo. Te dará pena acabar de leerla.  

lunes, 22 de marzo de 2021

Ser mujer en tiempos de pandemia

 

Hace unos días asistí por zoom a la conferencia “Ser mujer en tiempos de pandemia” impartida por Mª Dolores Chirlaque, jefa del servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Región de Murcia, organizada por la Concejalía de Igualdad y Mujer y el CAVI de Yecla.

Durante la charla la ponente señaló que “una sociedad que no sea justa no puede ser feliz. Debemos desaprender conductas que nos han inculcado y dejar de perpetuar los roles que nos han impuesto. Mujeres y hombres tenemos que seguir trabajando y avanzando en la lucha por la igualdad sumando, añadiendo e integrando”.

Mª Dolores Chirlaque comentó que “las pandemias sí saben de género. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan. Sí existe la necesidad de incorporar la perspectiva de género al análisis de la pandemia, a las intervenciones que se programen para paliar sus consecuencias, como requisito imprescindible para que estas sean efectivas y equitativas”.

A continuación, muestro parte de lo que escucharnos durante la conferencia.

“El informe mundial sobre las mujeres y la salud de la OMS señala que las sociedades del mundo entero siguen fallando a la mujer en momentos claves de su vida. En la infancia, la adolescencia y la vejez las mujeres afrontan problemas similares de discriminación, violencia, pobreza, y riesgo de mala salud”.

“El grueso de la atención sanitaria está a cargo de mujeres, pero estas pocas veces reciben la atención que ellas mismas necesitan. Las mujeres viven más que los hombres, pero esos años suplementarios no siempre se acompañan de buena salud”.

“La pandemia ha aumentado la desigualdad y ha afectado a las mujeres de forma diferente. Ellas han estado más cerca de las personas enfermas, y por tanto más expuestas. La mujer es cuidadora nata, pero se descuida a sí misma. Casi siempre tarda más que el hombre en consultar, en ir al hospital. La salud, la carga de enfermedad, depende de la edad y el nivel socioeconómico”.

“Pese a que las mujeres constituyen la mayoría del personal de primera línea, como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias, existe una representación desproporcionada e inadecuada de mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales relacionados con la COVID-19”.

“Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis COVID-19. Los roles de género explican el mayor riesgo de contagio de las mujeres. En España el 68% son médicas y el 84% enfermeras. Son también mayoritarias en los colectivos auxiliares, limpiadoras etc.”

“El 61% de las mujeres contagiadas tuvo contacto estrecho con casos positivos frente al 38,5% de los hombres. La primera línea en la lucha contra el coronavirus para reducir la tasa de infección y controlar la pandemia en los hogares es femenina”.

“El mundo ha logrado avances sin precedentes, pero ningún país ha alcanzado la igualdad de género”.

“Las mujeres somos colocadas en casillas por nuestras familias, amistades y por la sociedad”.

“Las mujeres lideran con el ejemplo, con fortaleza. Y en todas partes, salen a defender, a luchar por el bienestar social, a pesar de las posibilidades en contra”.

 “Es hora de que se produzca el salto al 50% de la representatividad, de la paridad en todas las esferas. Es hora de compartir el poder, de tener ambición, convicción, de creer en nosotras. La mujer puede y tiene que querer destacar, puede brillar por sí sola. Tiene una potencialidad enorme pero a veces no se le da la oportunidad”.

“En 2020 menos del 25% de las personas del parlamento eran mujeres. Representan menos del 7% de los líderes mundiales. Hay que fomentar la participación activa en los órganos de decisión”.

“Existen restricciones legales que impiden a 2700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Hay que luchar contra la brecha salarial de género. Por el mismo trabajo, mismo sueldo”.

“El cambio no se trata solamente de grandes titulares, victorias legales y acuerdos internacionales. La manera en que pensamos y actuamos todos los días puede generar un efecto dominó que beneficie a todas las personas. Hay que sumar, incluir, enriquecer”.

“Hay que compartir las tareas. Las mujeres asumen tres veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres. Es tiempo y energía que se les quita a las mujeres para formarse mejor, para avanzar en sus carreras, ganar más dinero y disfrutar de actividades de ocio”.

“No debemos consentir el sexismo. Hay que utilizar siempre un lenguaje inclusivo y no sexista. Y desaprender las creencias de los estereotipos de género. Y dejar de seguir los estándares de belleza”.

“Nos han enseñado a dudar de lo que hacemos y decimos. No tenemos que tener miedo a equivocarnos o a qué pensarán de mí. Cuando mis hijas eran pequeñas y me iba a congresos médicos las mismas compañeras me decían: y te dejas a las niñas solas. Como que no terminaban de verlo bien. Y me hacían dudar y sentirme culpable y cuestionarme si lo estaba haciendo bien”.

“Tenemos que dar más visibilidad a la mujer, más reconocimiento, hay que citar a las mujeres porque existen grandes ejemplos en todos los ámbitos, en la ciencia, la cultura, las artes, el deporte. Hay que romper el techo de cristal”.

 “Las mujeres son líderes, impulsoras de cambio, enriquecedoras de la igualdad, potenciadoras de la diversidad, cuidadoras, comprometidas, empoderadas, ambiciosas y luchadoras”.