Ayer tuve la
ocasión de asistir en
el Colegio de Psicólogos de la Región de Murcia a la conferencia “La locura de vivir. Enseñanzas del Quijote”
impartida por Javier Urra Portillo, académico de número de la Academia de
Psicología de España, doctor en Psicología. Profesor de ética y deontología
del Centro Universitario Cardenal Cisneros, y psicólogo forense de la Fiscalía
de Menores de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Javier
Urra Portillo hizo un exhaustivo y profundo análisis sobre las muchas
enseñanzas que Cervantes aporta desde El Quijote, también a los psicólogos.
“Psicología viva,
sagaz y profunda. La novela es una parábola de la vida misma, una lección de
sociabilidad. Este
clásico nos hace reflexionar sobre la realidad de una forma muy creativa. Don Quijote se
abraza a la locura pero la locura no se apodera de su personalidad. El personaje
tiene la virtud de obrar, de exponerse a la crítica. De ser quien quería ser.
Eso es honestidad y valor.
Somos animales
místicos, la ética y la esperanza nos acompañan. La vida es autoconstrucción
‘pon los ojos en quién eres’ le dice a Sancho. Dulcinea no es el amor, es la
idea del amor. Dice Don Quijote que ‘la vida es mera ilusión’, pero es que nos
cabe otro final. Y Sancho que ‘la mayor locura es dejarse morir’. En el
episodio de la Cueva de Montesinos se muestra que la vida verdadera se
desarrolla en el mundo interior. Intuición sobre la razón”.
Reproducir cuanto
dijo Javier Urra Portillo resulta imposible. Durante la charla a la vez que analizaba
desde la psicología distintos textos de la novela, habló de temas muy actuales
que a todos nos interesan, preocupan e inquietan. Compartió algunas experiencias
del proyecto que viene desarrollando al frente de un equipo de 107
profesionales que trabajan con padres e hijos en conflicto.
Con mi resumen animo
a las personas que tienen tiempo y disposición de asistir a conferencias,
charlas y debates a que vayan, y que luego compartan con los suyos, con su
entorno, algo de lo que han escuchado. Así contribuirán a que todos seamos más
equilibrados, más inteligentes emocionalmente y felices.
“El ser más loco es
el que nunca ha cometido una locura”.
“Si la realidad
vence, vivimos desilusionados. Uno de los grandes males de hoy es la
melancolía”.
“El ser humano
tiene mente no cerebro, y alma. Si le das la oportunidad a la gente se ser
buena, somos buenos”.
“Hay mucha gente
que no sabe personarse, ni se deja perdonar”.
“La felicidad qué
es. Momentos de bienestar compartidos”.
“En 2020 la segunda
enfermedad, por detrás de las enfermedades cardiovasculares, será la
depresión”.
“La enfermedad
mental duele tanto como el dolor físico”.
“Decía Ortega y
Gasset, por cierto me he encontrado con algunos que piensan que son dos personas
diferentes, porque un 40% de los españoles no lee absolutamente nada lo que
resulta preocupante, que ‘la clave del vivir es inventarse un personaje’. Estoy
de acuerdo, lo que haces y aportas es lo importante”.
“La pregunta que la
gente se hace al final de su existencia es para quién he vivido, no para qué”.
“La
vida es enseñar a los hijos que esto se acabará y que la pregunta que tienen
que formularse es si ha merecido la pena. A veces la idea de la felicidad es muy
Disney, muy parque temático”.
“A los niños hay que
fortalecerles, hay que decirles que esto es lo que hay. La vida no es todo
felicidad, es sacrificio, esfuerzo, deslealtad, incomprensión, es muchas cosas.
Hay que educar con planteamientos, con preguntas. ¿Tú qué haces por los demás?
¿Cómo mejoras la sociedad?
“Hay que explicar a
los niños que algunos de sus mejores amigos dejarán de serlo. Y no pasa nada.
La vida es incongruente. No todo va a salir como tú quieras. Te vas a frustrar.
Hay que enseñarles desde muy pequeños a valorar. A no convertir nunca el amor
en odio. La vida es lo que uno quiera recordar.
La
labor de educar es muy difícil,”.
“Ahora tenemos un
gran problema. No digan una frase de doble sentido porque no les entenderán.
Alguien se molestará, se sentirá atacado, humillado. Hoy es muy difícil hablar,
hay mucha sensibilidad, una piel muy fina. Convivimos con un cabreo generalizado. Planteémonos qué tenemos
y cuanto damos a los demás”.
“En
la sociedad se ha producido un auténtico seísmo en facetas como el respeto, la
autoridad y los valores”.
“Cuando hablo con
los jóvenes me dicen ‘yo ya estoy de vuelta de todo’. Pero a dónde has ido, les
pregunto. Esto es muy preocupante. Necesitan un proyecto existencial, ético,
heroico. Muchos
chicos están desesperanzados, no tienen ilusión por vivir. No saben por qué
levantarse cada mañana. De ahí pueden nacer otro tipo de problemas, muy graves”.
“El 75% de los
jóvenes que viven en pareja se van a separar. Y no se hace nada para
prepararlos para la ruptura. No hay educación para el divorcio, para
prevenirlo. Se pasa del amor al odio con mucha facilidad. Hay que trabajar
esto. Convivir es muy complicado. Cómo no va a serlo si es complicado convivir
con uno mismo”.
“Que distinto es el
amar al querer, el entregarse al poseer”.
“A los varones se les educa en el 'todo para mí'. A las niñas en el 'todo para el otro, para los demás".
“Les propongo un
juego, sobre todo a las mujeres. El que no sabe lo que siente el otro, pierde”.
“Detrás de las
palabras vienen las conductas. Hay que estudiar y aprender de los otros”.
“A España le
encanta ser autocrítica. No sé por qué nos gusta tanto autolesionarnos”.
“Ahora se habla
mucho de tener empatía y la gente cree que es fácil, que sabe ponerse en el
lugar del otro. No saben el daño que pueden hacer diciendo cosas como que ‘el
tiempo lo borra todo’. Más vale que estuvieran callados. Porque es dificilísimo ponerse en el lugar de
los demás”.
“Os voy a hacer una
pregunta. Os reís de vosotros. Os habéis visto en la playa. Huir del que no se
ríe, sobre todo se sí mismo. Ha perdido la humildad”.
“Soy reacio a los
coach y gurús que ahora están tan de moda, a la gente que no se forma. No me fio de los
vendedores de pelo que son calvos. Tenemos que ser mucho más exigentes en este
aspecto”.
“En
acoso escolar, sin entrar en estadísticas, con que tuviéramos un 1% de niños
víctimas ya es un dato brutal. Es necesario sensibilizar a colegios y a
profesores, para que ayuden no sólo a las víctimas, también a los agresores. No creo que un maestro no sepa lo que está
sucediendo dentro del aula. Sí sabe quién es el acosador, el maltratador, y los
que miran para otro lado. Lo que pasa es que no tiene autoridad”.
“En España hay
42.000 personas inhabilitadas para trabajar con menores”.
“Se piensa que los
niños son felices por el mero hecho de ser niños. Ojo con esto. Hay un porcentaje de
niños que sin duda sí lo son, pero otros no. Vivimos
en una sociedad muy estresante, ansiosa. Tenemos niños con muchos problemas
emocionales, psíquicos, de equilibrio, trastornos por déficit de atención,
niños obsesivos, compulsivos… Yo he trabajado con
niños que vienen muy dañados. A muchos se les puede sacar adelante, pero es muy
difícil. Desde la educación no se puede con todo. Hay padres que son aberrantes Creo que otro problema en la infancia es que
la depresión está mal diagnosticada”.
“En violencia de
género hay mucho por trabajar. El menor tiene que seguir viendo al padre, al
maltratador de su madre. No se está trabajando lo suficiente esa relación
padre/hijo. Se da el caso de chicos de 16 años que ven al padre humillar,
agredir a su madre y reaccionan, se interponen. Pero cuando el padre no está,
el ocupa su lugar. Cuando dos adultos se lo proponen los niños pueden sufrir
muchísimo. Aunque mucha gente no lo entienda y crea que encima nos ponemos de
su parte hay que trabajar y conviene hacerlo con el agresor. O volverá a
repetir esa conducta con otra pareja”.
“La
violencia de género es estructural, se da en todos los países del mundo. En los
países nórdicos hay más violencia de género que en los países del sur lo cual
es una paradoja, porque son los países donde hay mayor igualdad. Es algo que se
debería estudiar”.
“Las chicas de 16 a
24 años cuando se les quiebra la vida se suicidan. Los chicos se quitan la vida
para vivir mejor. A la vida se le puede pedir lo que puede dar, no más”.
“Imaginaros que os
digo que a partir de hoy no podéis comer carne o pescado. Qué dejaríais. La
carne, bien, es fácil adaptarse. Pero ahora os pregunto, qué elegiríais, no ser
queridos por nadie o perder la capacidad de querer”.
“Hay gente que está
obsesionada con caerle bien a todo el mundo. Pero por qué. Yo no le quiero caer
bien a Otegi”.
“La gente se va a comer un caldero, se hace
una foto y lo sube corriendo a redes sociales. Pero por qué esa necesidad de
mostrar constantemente lo que hacemos. Pero tú te crees que le importa a los
demás que te hayas comido un caldero”.
“La psicología ha
entrado en muchos ámbitos. Pero nos queda mucho trabajo por delante a los
psicólogos. Está bien pensar que podemos aportar mucho. Pero hay que delimitar
funciones, hay que tener mucho rigor al trabajar, hay que manejarse en áreas
muy humanas. Tenemos que hacer valer nuestra profesión”.