miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Hay derecho a esto?



Hoy se celebra el día del padre. Pero un padre en Puebla de Arganzón (condado de Treviño) en vez de recibir esta mañana el abrazo de su hija, sí reúne fuerzas suficientes, probablemente le llevará flores a su tumba.
¿Qué sucedió? Pues por insólito que resulte al solicitar los padres de esta niña una ambulancia al 112, el Centro Coordinador de Emergencias al parecer cuestionó, discutió o confundió si competía hacerse cargo del traslado al condado de Treviño o a Miranda de Ebro. Otra versión señala que indicaron a los padres que en vez de enviar una ambulancia iría al domicilio un médico. La cuestión es que falló escandalosamente la cooperación sanitaria entre ambas poblaciones limítrofes, de estas dos comunidades autónomas. Al final, viendo que ni la ambulancia ni el facultativo llegaban, imagino que en un estado de desesperación, desamparo e incredulidad, fue el propio padre el que trasladó a la pequeña al hospital. ¿Hay derecho a esto? A perder una vida de forma tan irracional e incompetente. No tienen perdón.

Inician ahora una investigación para depurar responsabilidades. Ni con todo el oro del mundo compensan a esos padres. No van a olvidar jamás lo sucedido. Y encima es probable que incluso se reprochen el haber esperado tanto a la ambulancia que nunca llegó. ¿Les van a prestar algún tipo de ayuda psicológica para afrontar el error, la negligencia, la imprudencia de otros?
Una vida nunca es recuperable, ni sustituible. No existe una segunda oportunidad. Con las personas no se pueden permitir, ni consentir, ni justificar este tipo de errores.
No repuesta de esto descubro que el hospital “Virgen de la Salud” de Toledo, dio instrucción de no ingresar a personas mayores de 80 años en el centro. Y que éstas fueran trasladadas al hospital geriátrico del Valle, cuando hubiera plazas disponibles. En diciembre pasado, dos personas mayores murieron en los pasillos del hospital de Toledo a la espera de una cama. Muy humano, verdad. Hablaremos pronto de selección de personas. ¿Les suena?
Y en el hospital General de Alicante, que trabaja con técnicas de última generación, por inconcebible que parezca los familiares de los pacientes ingresados llevan meses llevándose de casa sus propias sábanas, almohadas, mantas, pijamas… Se ha reducido tanto la plantilla y el personal contratado está tan sobreexplotado que les resulta imposible cubrir estas necesidades.

Sigues leyendo e investigando sobre lo que está aconteciendo en sanidad, y se te cae el alma al suelo. Cientos de pacientes se ven obligados a realizar largos recorridos, para ser operados en otras comunidades autónomas. Cuando permanecen cerrados por las tardes los quirófanos de los hospitales que tienen más cercanos a sus domicilios. Están destrozando nuestra sanidad pública y tantas otras cosas. ¿A dónde vamos a llegar?
Como dice el informe “Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad económica”, elaborado recientemente por la organización Oxfam Intermón “La crisis económica, financiera, política y social que padece Europa ha enfilado hacia una deriva clara y visible: el interés público y los procesos democráticos han sido secuestrados por los intereses de unos pocos”.
El aumento de las desigualdades resulta espectacular, escalofriante. El número de españoles atendidos por Cáritas ha pasado de 370.000 en 2008 a 1’3 millones en 2013. Preocupante y peligroso el galopante deterioro progresivo de la calidad de vida en nuestro país, en una de las parcelas tan determinantes como es la atención sanitaria.






















domingo, 9 de marzo de 2014

Los principales riesgos políticos actuales



Cuando hablamos de “riesgo” nos referimos a la probabilidad de que un hecho o un acto, puedan provocar consecuencias negativas para una persona, organización o entidad. Que los resultados que pretendíamos al final sean mayores o menores de los esperados. 
En política el riesgo, la incertidumbre, siempre está presente. ¿Cómo seremos capaces de conquistar el poder, mantenerlo y expandirlo? Una buena o pésima decisión política, podrá generar todo un abanico de consecuencias. Unas previsibles y otras imposibles de prever. Quizás la política se pueda comparar a una partida de ajedrez. Todas las piezas son visibles y todas tienen importancia. Aunque creamos haber ganado la partida no conviene nunca dormirse en los laureles.
En lo primero que tendría que pensar un futuro líder político o partido, es en saber utilizar una de las más potentes herramientas de las que dispone. Que podrá generarle grandes éxitos o grandes fracasos. Me refiero a la comunicación. Con ella podrá emitir un mensaje, vender u ofrecer un producto y además influir en el receptor, en el ciudadano.
Comunicación significa “compartir y poner en común” ideas, sentimientos, proyectos, acciones. Lo que marca la diferencia entre ser o no ser un buen comunicador no es tanto lo que decimos, sino cómo lo decimos.

Uno de los riesgos en política es confundir atributos con capacidades. Perder legitimidad, confiabilidad, credibilidad y proactividad. No marcarse unos objetivos claros, concretos y específicos. Realistas, alcanzables, coherentes y motivadores.
Para evitar esos riesgos hay que incrementar la habilidad de observación. Enfocando todos los esfuerzos en una misma dirección. Marcando unas estrategias. Optimizando los recursos humanos y económicos de los que disponga el candidato o partido. Detallando las actividades a realizar. Coordinando y organizando. Motivando y generando sinergias entre todos los integrantes del partido. Generando confianza dentro y fuera del mismo.
Hay que aprender a dominar el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, para convertirse en un buen comunicador. Si el contenido y las palabras son importantes, mucho más lo es la forma de transmitirlas. La voz, su intensidad y volumen. Su tono y timbre. La velocidad y el ritmo. La postura, los gestos, los movimientos. Todo transmite, todo comunica.
Al igual que en otros ámbitos de la vida, en política resulta muy arriesgado improvisar, precipitarse, confundir, ocultar la verdad y manipular la información. Para evitar estos errores, resulta imprescindible contar con una permanente estructura comunicacional interna y externa. Que nos permita formular y difundir un mensaje coordinado y unificado. Con ello conseguiremos fuerza, unión y credibilidad a largo plazo.

Uno de los hechos más dramáticos y difíciles de resolver en las democracias actuales, uno de los grandes riesgos en política, es la pérdida de credibilidad política y el desencanto de los ciudadanos hacia la política y sus representantes. Para luchar evitar y afrontar este riesgo hay que aprender a dominar la Comunicación Política 2.0. Interesa y mucho conocer, y usar bien las redes sociales. Porque nos están demostrando, día a día, su enorme capacidad de movilización de la ciudadanía.
Una buena estrategia de comunicación debe estar además integrada por campañas informativas, estudios de marketing político y sociológico. Asesoramiento de imagen. Entrenamiento en técnicas de comunicación, negociación y gestión de liderazgo reputacional.

En mi opinión creo que todo aquel que lleve intención de dedicarse a la política, hoy más que nunca, debería llevar a cabo un auténtico proceso interno de revisión de los principios básicos de la política. De sus códigos deontológicos y del verdadero papel de los partidos en el proceso democrático. La gestión de la confianza, la imagen y la creación de un valor añadido resulta: urgente. Ójala la confianza, el respeto y el compromiso se conviertan en una nueva teología de la comunicación política.

Como apunta Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid, “a los ciudadanos hay que llegarles de manera cercana y creíble. Para que funcione una campaña ingredientes indispensables son continuidad y perseverancia. Una campaña debe tener contenido, algo interesante que contar. Hay que ponerse en la piel del otro, conocer bien a la gente. Y para conocer bien a la gente no hay otra fórmula que escuchar. Saber escuchar es tomar en serio a los demás, también exige contestar cuando sea necesario, e incluso cambiar de opinión a mitad de camino, explicándolo razonablemente.
La autenticidad no tiene precio. Y lograr que la gente corriente hable de tu campaña es mucho más eficaz, genera mucha más confianza, que adiestrar a una legión de portavoces oficiales y representantes. El problema no es si permitirles hablar de ti, lo harán de todas formas, el problema es ayudarles a hacerlo lo mejor posible. La clave siempre son las personas”.

Señala Guillermo López, profesor titular de Periodismo en la Universidad de Valencia que “una dificultad de la acción política llevada a cabo en Internet, es romper el círculo de los afines que en la práctica acaba constituyendo la mayoría de la audiencia. Evitar la sensación de que estamos convenciendo a los ya convencidos. Se trata de llegar a audiencias menos significadas en lo ideológico. El político tiene que saber parecer paradójicamente, menos político”.
 
Deseo también plasmar porque lo comparto, lo que nos aporta Atoni Gutiérrez-Rubí, Asesor de Comunicación y Consultor Político, sobre el concepto tecnología relacional: el nuevo poder. “Hay que relacionar todas las redes y crear comunidades para que compartan intereses, acciones, informaciones, conversaciones, es el objetivo básico. Hay que sacar la política de las sedes y llevarla a las redes. Conseguir que el paso de la idea a la acción sea mínimo, creativo, libre. Aumentar la interactividad, la participación. El futuro es que gobiernos y ciudadanía co-creen para solventar problemas públicos. Crear talento a través del mérito y la participación. En política hay que dar una imagen de transparencia y autenticidad. Relación, acción y reputación son los nuevos atributos del poder contemporáneo. Hay que saber integrar los cambios, y adaptarse a la evolución del conocimiento y la información. Los partidos tienen que evolucionar hacia estructuras más abiertas, flexibles e innovadoras”.


jueves, 6 de marzo de 2014

Trabajo, garantía de libertad para la mujer.



Celebramos el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lamentando que en muchos países a las mujeres se les niegan derechos humanos fundamentales. Se fomente y perpetúe la violencia contra ellas. Se las trate como seres inferiores, inmaduros, infantiles y depravados. A diferencia de los hombres ellas no tienen derecho a voto, no pueden estudiar, heredar bienes ni elegir con quién y cuándo contraer matrimonio. Ni vestirse a su gusto ni conducir un vehículo. Se las vende como bienes y asesina en nombre del honor. En la actualidad la mujer sigue siendo discriminada en la cultura, la religión, en aspectos familiares, laborales y económicos. Aunque las leyes de algunos países hablen de igualdad, entre la teoría y la práctica suele haber un abismo.

En nuestro país celebramos esta fecha con elevadas cotas de paro, y debiendo encajar que continuamos entre los países europeos con mayor discriminación laboral hacia la mujer. Las comparaciones resultan siempre odiosas. Pero en esta cuestión sí nos convendría compararnos a otros países. Como Noruega, Finlandia, Dinamarca o Canadá que han sabido conciliar la vida laboral y familiar bastante mejor que nosotros.
Media vida llevo escuchando que hay que aplicar programas de formación, información y sensibilización para promover un cambio en nuestra sociedad. Que permita estrategias más flexibles en la organización del trabajo en las empresas, y un reparto de tareas domésticas más justo y equilibrado entre hombres y mujeres. Pero en este tema, como en otros, avanzamos  lamentablemente a pasitos de hormiga.
En España la mujer que se plantee ser madre y seguir en el mercado laboral lo tiene bastante crudo. Nuestras jornadas laborales son excesivamente rígidas y prolongadas. Y escasa, sino nula, la coordinación de estas con los horarios escolares. Y los sueldos, como toda la vida, siguen siendo inferiores al de los varones, aun desempeñando el mismo trabajo e invirtiendo la misma cantidad de horas.
  
Señalaba hace unos días la secretaria de la Organización Murciana de Mujeres Empresarias y Profesionales de la Región de Murcia (OMEP) que “una de las soluciones para que la mujer pueda conciliar su vida familiar y profesional sería la adaptación en nuestro país del horario de trabajo europeo”. No puedo estar más de acuerdo con ella. Nuestros horarios, comparándonos con nuestros vecinos europeos, siguen siendo irracionales. Hemos demostrado con creces, que por pasar más horas en el trabajo no somos más productivos y competitivos. Entonces ¿Por qué no los cambiamos? Por qué nos cuesta tanto admitir nuestros fallos, y poner en práctica lo que a otros sí les funciona.

Que nadie dude que las mujeres lo estamos haciendo francamente bien. Hemos conseguido derrocar por completo la expectativa que se nos inculcó desde que el mundo es mundo: casarse, tener hijos y atender su hogar. El rol femenino ha cambiado y todavía, unos más que otros, no se han acostumbrado del todo. Las mujeres, cada vez con mejor formación universitaria invaden los espacios del hombre. Un hombre del que ya no se espera lo mismo dentro del hogar y de la familia. A los que estamos pidiendo que en vez de ser nuestros rivales, nos apoyen y acompañen en este fantástico camino que es la vida.

“Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es el único que puede garantizarle una libertad completa”. Simone de Beauvoir


domingo, 2 de marzo de 2014

O aprendemos a dialogar, o todo seguirá igual.


Desde que vi esta imagen me impresionó. Por veces que la miro sigo sintiendo lo mismo. Me afecta, conmueve y escuece. Son dos hermanos de Alepo (Siria) Han sobrevivido a un bombardeo. Han perdido su casa, todo lo que tenían. ¡Como se abrazan! Estamos vivos parecen decir, aterrorizados.
Supongo que lo mismo les sucederá a los que tienen un poco de sensibilidad y humanidad. Pero a los poderosos, a los señores del mundo y de las guerras, a los que provocan  odio, enfrentamiento, dolor e infelicidad, porque a ellos, a unos pocos esto les beneficia económicamente,  seguro que no les causa ni un pestañeo. Esos ni sienten ni padecen.

Leyendo a Toni Puig y su libro “La comunicación municipal cómplice con los ciudadanos”, libro que considero debería leer todo político, intento entender en qué fallamos los humanos, para seguir generando tanta violencia y participando en tanto conflicto bélico y armado. Y lo he descubierto. Fallamos en lo más elemental, en comunicar. “Comunicar en el sentido de escuchar, proponer, implicar, pactar, construir vida conjunta, lograr retos cómplices a partir de aunar ideas y recursos. De plantear estrategias para sumar, para crecer. Siempre con ímpetu. Siempre emprendedores. Siempre en diálogo”.
Ahí radica todo, en el diálogo. No sabemos dialogar. “Dialogar supone intercambiar ideas con una actitud receptiva, y abierta al descubrimiento de una verdad más perfilada” (Ángel Lafuente Zorrilla) No nos han enseñado porque a los de arriba no les conviene. Como tampoco nos enseñan a pensar. Lo ideal, en democracia, sería utilizar el inmenso poder de la comunicación para movilizar a las mentes en lugar de aplastarlas. Esto no ocurre jamás porque las personas que disponen de semejante poder no toman ningún riesgo.

Disfruto con Toni Puig, que presenta en su libro o manual como utilizar el extraordinario poder de la comunicación, desde las organizaciones públicas para la democracia de proximidad. Sí se llevara a cabo lo que sugiere y propone para conseguir una ciudad compartida, común, cómplice, la ciudad de todos y con todos, cuanto cambiarían las cosas. Primero a nivel local, después regional, nacional y mundial. “La comunicación surge de las ganas de vivir, de aportar, de compartir, de las causas grandes, del compromiso, de la diferencia. De la aventura, la determinación, la singularidad, de los sentimientos. De los valores cívicos, del amor hacia los ciudadanos y la ciudad, de la experiencia propia y común. Del talento, del trabajo personal y en equipo”.

Existen técnicas, habilidades y recursos suficientes para lograr un entendimiento. Para adaptarse a los nuevos tiempos y necesidades de todos los ciudadanos. De los despectivos, indiferentes, ocasionales, usuales, cómplices, asociados, decepcionados… La teoría señores está muy clara, que nadie lo ponga en duda. No es preciso inventar ni descubrir nada.  El problema es querer aplicar, instaurar lo que funcionaría. Lo que provocaría una vida mejor para todos.  

El gran error de todos, a nivel local, regional, nacional y mundial, es no practicar el liderazgo relacional: proponer, implicar, dialogar, consensuar, mediar con todos. Sean más o menos amigos. “Los ciudadanos están hartos. La democracia está tocada, manchada, por tanta lucha fratricida”. Mientras no aprendamos a dialogar, a escuchar, a comunicar, todo seguirá igual o peor.