Hoy se celebra el día
del padre. Pero un padre en Puebla de Arganzón (condado de Treviño) en
vez de recibir esta mañana el abrazo de su hija, sí reúne fuerzas suficientes,
probablemente le llevará flores a su tumba.
¿Qué
sucedió? Pues por insólito que resulte al solicitar los padres de
esta niña una ambulancia al 112, el Centro Coordinador de Emergencias al
parecer cuestionó, discutió o confundió si competía hacerse cargo del traslado
al condado de Treviño o a Miranda de Ebro. Otra versión señala que indicaron a los padres que en vez de enviar una ambulancia iría al domicilio un médico. La cuestión es que falló escandalosamente la cooperación sanitaria entre ambas poblaciones limítrofes, de estas dos comunidades autónomas. Al final, viendo que ni la ambulancia
ni el facultativo llegaban, imagino que en un estado de desesperación, desamparo e
incredulidad, fue el propio padre el que trasladó a la pequeña al hospital. ¿Hay
derecho a esto? A perder una vida de forma tan irracional e incompetente. No
tienen perdón.
Inician ahora una investigación para depurar responsabilidades. Ni con todo el oro del mundo compensan a esos padres. No van a olvidar jamás lo sucedido. Y encima es probable que incluso se reprochen el haber esperado tanto a la ambulancia que nunca llegó. ¿Les van a prestar algún tipo de ayuda psicológica para afrontar el error, la negligencia, la imprudencia de otros?
Una
vida nunca es recuperable, ni sustituible. No existe una segunda oportunidad.
Con las personas no se pueden permitir, ni consentir, ni justificar este tipo
de errores.
No
repuesta de esto descubro que el hospital “Virgen de la Salud” de Toledo, dio
instrucción de no ingresar a personas mayores de 80 años en el centro. Y que
éstas fueran trasladadas al hospital geriátrico del Valle, cuando hubiera
plazas disponibles. En diciembre pasado, dos personas mayores murieron en
los pasillos del hospital de Toledo a la espera de una cama. Muy humano,
verdad. Hablaremos pronto de selección de personas. ¿Les suena?
Y
en el hospital General de Alicante, que trabaja con técnicas de última
generación, por inconcebible que parezca los familiares de los pacientes
ingresados llevan meses llevándose de casa sus propias sábanas, almohadas,
mantas, pijamas… Se ha reducido tanto la plantilla y el personal contratado
está tan sobreexplotado que les resulta imposible cubrir estas necesidades.
Sigues leyendo e investigando sobre lo que está aconteciendo en sanidad, y se te cae el alma al suelo. Cientos de pacientes se ven obligados a realizar largos recorridos, para ser operados en otras comunidades autónomas. Cuando permanecen cerrados por las tardes los quirófanos de los hospitales que tienen más cercanos a sus domicilios. Están destrozando nuestra sanidad pública y tantas otras cosas. ¿A dónde vamos a llegar?
Como
dice el informe “Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad
económica”, elaborado recientemente por la organización Oxfam Intermón “La
crisis económica, financiera, política y social que padece Europa ha enfilado
hacia una deriva clara y visible: el interés público y los procesos
democráticos han sido secuestrados por los intereses de unos pocos”.
El
aumento de las desigualdades resulta espectacular, escalofriante. El número de
españoles atendidos por Cáritas ha pasado de 370.000 en 2008 a 1’3 millones en
2013. Preocupante y peligroso el galopante deterioro progresivo de la calidad
de vida en nuestro país, en una de las parcelas tan determinantes como es la
atención sanitaria.
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