El caso de una
nueva violación múltiple, conmueve de nuevo a India y al resto del mundo. Pero
cuantos abusos más, de los que jamás tendremos conocimiento, se habrán
producido en las últimas horas.
Hay dos asuntos que
no estoy dispuesta a entender, aceptar, justificar ni a perdonar jamás: los
abusos sexuales y el maltrato a mujeres y niños.
A mí sí me impacta
y trastorna conocer, que en muchas zonas del mundo a los violadores ni se les
persigue, ni se les castiga.
Pero qué les pasa
por la cabeza a los hombres capaces de llegar a esto. Todos ellos tienen madres
y la mayoría hermanas. Y muchos tendrán además hijas, cuñadas, sobrinas o
nietas.
Nuestra
civilización ha sido capaz de vencer enfermedades durante siglos incurables. De
inventar una tecnología que avanza, en todos los campos, a pasos agigantados,
sin límites. De viajar a otros planetas. Y sin embargo no ha logrado lo más
básico. Inventar e imponer, a nivel mundial, una cultura no machista. Donde
hombre y mujer sean iguales en derechos y deberes. Pues menuda decepción. En
muchos países ha fracasado la educación, es decir, las facultades
intelectuales y morales que transmitimos a los menores, generación tras
generación.
No
es la primera vez ni será la última, que no pueda contenerme y necesite
escribir y abordar este tema. He hablado muchas veces con amigos psicólogos, y
no les acepto que intenten justificar a estos “monstruos”, argumentando que
tienen una falta de control sobre sus impulsos, una baja autoestima
e inmadurez emocional. Y que algunos sufrieron traumas infantiles o abusos en
su infancia.
Y
qué podemos hacer me pregunto, cada vez que pierdo el sueño por alguna noticia
de este tipo. Nada. Mirar hacia otro lado. No es nuestro problema. Resulta
imposible proteger y salvar a tantísimas mujeres. No se puede intervenir ni
presionar a otros gobiernos, líderes o mandatarios para que tomen medidas y
actúen en consecuencia.
Sí,
quizás sí podamos y más de lo que creemos. Aunque sólo sea rescatando una gota
de un inmenso océano. No bajemos nunca la guardia con la educación de nuestros
hijos, sobre todo de los varones. Pensemos bien que estamos fomentando y
transmitiendo. Luchemos por no encarrilar a nuestros niños por la senda del
machismo. No sigamos contribuyendo, por cultura y por herencia, para que nuestro
mundo siga siendo machista. Por favor no gestemos ni más víctimas ni más
verdugos. Y que los países líderes, presionen económicamente a aquellos que
dejen campar a sus anchas a violadores y maltratadores.
Pienso que las redes sociales pueden ayudar a cambiar algo más ese mundo al que parece imposible llegar para hacer justicia. Tu artículo y tu blog son un grano de arena más en ese proceso.
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