Me
atrajo esta novela por la época y el país. Pero la conexión e implicación con
la historia no ha resultado como yo esperaba. No es una novela de fácil lectura.
Las descripciones de los lugares y de los personajes están muy cuidadas, pero
el ritmo es lento. Quizás no era mi momento de leerla. Pero no me ha seducido
ni apasionado lo suficiente como para recomendarla, ¡lo siento!
Hokusai, un famoso
pintor, y su hija Ei viven en el Japón del siglo XIX.
Un
país aislado de toda influencia extranjera, donde rige la moral tradicional y
una férrea censura que mantiene al pueblo ignorante y supersticioso.
Ei
acompañará a su padre desde pequeña y crecerá rodeada de artistas, prostitutas,
mercaderes, adivinos, cuentacuentos y artesanos que pululan por Yoshiwara. Entre
padre e hija se establecerá una relación de amor, admiración y competitividad.
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