Con
motivo del Día Mundial del Autismo que se celebra el 2 de
abril, la Asociación para Personas con Trastorno del Espectro Autista de Yecla,
TEA YECLA, organizó el miércoles 6 de abril, en el Salón de Actos de la Casa
Municipal de Cultura, la conferencia titulada “Déficits del Procesamiento
Sensorial en niños con Trastorno del Espectro Autista”. La charla fue impartida
por Tayza Eltoro, terapeuta ocupacional.
Asistí a la charla
porque el tema me resultaba interesante. Yo pensaba que sabía algo sobre
autismo. Pero descubrí mis escasos conocimientos sobre este trastorno que afecta a la
comunicación, a la empatía y la sociabilidad. Os dejo una breve pincelada de lo que Tayza Eltoro nos explicó.
“La sociedad
desconoce el Trastorno del Espectro Autista, TEA. Las personas con autismo no
viven en otro planeta. Hacen a diario grandes esfuerzos para comunicarse. En
muchos momentos no saben expresar sus sentimientos, sus emociones pero eso no
significa que no los sientan. Lloran, ríen, se entristecen, se enfadan”.
“El
autismo no es una enfermedad. Se trata de un trastorno del desarrollo infantil
que se manifiesta de forma diferente. No
se puede generalizar. Hay una diversidad muy grande. Se presentan dificultades
en el lenguaje y la comunicación. Dificultades para comprender y establecer relaciones
sociales”.
“Hay personas con autismo con
gran capacidad para unas cosas y para otras no. Con los apoyos adecuados es
posible conseguir que desarrollen y amplíen esas capacidades”.
“Los niños con
Trastorno del Espectro Autista, TEA, procesan la información en su cerebro de forma
distinta a los demás. Les cuesta la interacción social y la comunicación. Pero
son niños sinceros, imaginativos, directos, detallistas, sensibles, que se
esfuerzan muchísimo y aprenden a través del juego”.
“Los
niños con TEA tienen dificultades para entender las normas y usos sociales, y
comprender las intenciones e intereses
de los demás. El mundo social no les resulta fácil. Pero con el apoyo adecuado,
con terapia ocupacional e integración sensorial tanto en la familia como en la
escuela, se puede trabajar su autonomía y enseñarles a desarrollar sus capacidades
y habilidades”.
“Tenemos
cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Y yo añadiría dos más, el
sistema vestibular y el sistema propioceptivo. El sistema vestibular regula el sentido del
movimiento y del equilibrio. Es lo que
nos permite situar nuestro cuerpo en el espacio y entorno. Tiene sus receptores
situados en el oído interno.
El
sistema propioceptivo es el sistema mediante el cual, el cerebro recibe la información sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en
relación a su base de soporte. Tiene
vital importancia en la coordinación del movimiento”.
“Toda
anomalía del sistema vestibular perturba el funcionamiento habitual de una
persona. El cerebro se pone en estado de alerta. La acción y el movimiento se
vuelven conscientes. Lo que consume una gran energía e impone una conducta
precavida. Surgen problemas de coordinación de movimientos, torpeza, mal cálculo
de las distancias etc.”
“Los
niños con Trastorno del Espectro Autista ante los estímulos que reciben puede
ser hipersensibles o hiposensibles. Unos niños sienten mucho ciertos estímulos y otros
casi no los perciben. Si
por ejemplo son hipersensibles al tacto evitarán todo contacto físico. Un
simple roce, una caricia, un abrazo es un estímulo agresivo que puede
generarles mucha ansiedad, y una reacción y respuesta exagerada o incluso agresiva.
Mostrarán desagrado ante ciertas texturas, tendrán dificultad para diferenciar
la temperatura, o parecerán no sentir y medir el dolor. Si
por el contrario son hiposensibles al tacto buscarán el contacto con los demás constantemente y
con brusquedad. Son sobones, chocan contra los objetos etc.”
“El ejemplo anterior
es aplicable a todos los sentidos. Cuando la persona con TEA sea muy sensible
al olfato rechazará el contacto con los que usan perfume, y percibirán olores
que para otros pasan desapercibidos. Si es hipersensible al gusto será muy selectivo
con la comida, restringirá muchos alimentos o la mezcla de distintas texturas. Al
que sea hipersensible al estímulo visual el sol le molestará y rechazará los
juguetes u objetos que brillen. La televisión les saturará y evitarán mirar a
otras personas de frente. Si lo son al sonido les disgustará la música
estridente, o el ruido del secador, la aspiradora, los fuegos artificiales, el
bullicio de una cafetería etc.”
“Los niños
hiposensibles al movimiento se balancean, giran, corren, necesitan moverse. Los
hipersensibles permanecen más quietos. Si otro niño les empuja por sorpresa le
desarman su mundo y pueden reaccionar mal.”
“La hipersensibilidad
o hiposensibilidad ante ciertos estímulos en los niños con TEA puede fluctuar
en una situación determinada. El sistema nervioso puede reaccionar de una
manera y en otro momento de la contraria. Y nos dejan a cuadros con sus
reacciones.
Un ejemplo
para entenderlo. Si en casa nos elevan el sonido de la televisión a algunos de
nosotros nos puede llegar a irritar y molestar, y pedimos que le bajen el
volumen. Pero cuando vamos al cine aunque el volumen esté muy alto nadie sale a
protestar para que lo bajen”.
“Los niños
con Trastorno del Espectro Autista presentan dificultades sensoriales y por ello problemas de conducta. Pueden ser niños explosivos o muy sensibles. Pueden tener dificultades
para afrontar los cambios de una actividad a otra, de un lugar a otro. A veces pueden
mostrar una irritabilidad inexplicable, o llorar repentinamente sin motivo
aparente. Pero en realidad la causa suele ser por un desajuste sensorial debido
a cambios bruscos del tipo de estimulación, que el niño percibe como una
agresión”.
“Los
niños con TEA a veces desconocen la forma de relajarse o tranquilizarse. Desarrollan
su propia estrategia para descargar su estrés y calmarse. Unos, por ejemplo, se
relajan acariciando a un animal, a su mascota, otros golpeando un cojín. En el
entorno familiar y escolar necesitan rincones sensoriales para bajar su nivel
de ansiedad”.
“En mis charlas suelo nombrar el caso
de Temple Grandin. Esta joven americana observó cómo el veterinario cuando quería
tranquilizar a las vacas, utilizaba un mecanismo de dos placas metálicas que presionaban
levemente por los laterales al animal. Ella fabricó un mecanismo similar para
poder combatir su hipersensibilidad por su incapacidad de tener contacto físico. Así nació la máquina de dar abrazos. Que
a día de hoy, mucho más modernizada, se utiliza en algunas clínicas porque reduce
notablemente la tensión y la ansiedad”.
“A
través de la terapia ocupacional se les puede enseñar a los niños a adaptarse,
a reeducar y regular sus reacciones ante los estímulos externos. Lo más
importante es que se trabaje en equipo, en coordinación, familia, profesionales
de distintas disciplinas y escuela”.
“Sería
muy beneficioso realizar más campañas de información y sensibilización para que
la sociedad en su conjunto entienda y normalice el autismo”.
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