Desde la mirada empática y curiosa de una gran observadora que sabe transformar en ficción cada destello de la memoria, Elvira Lindo convierte a sus padres en personajes literarios para aproximarse a ellos con libertad, lucidez y sabiduría. La narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relación de sus padres, y cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.
La novela me ha gustado, resulta interesante y amena, fácil de leer. Desde luego que está escrita desde el corazón, sin juzgar, con mucha sensibilidad y claridad. Y con toques de humor que suavizan vivencias y experiencias llenas de tiranteces, reproches y contradicciones.
Me
parece un gesto muy valiente por parte de la autora dar a conocer momentos tan
íntimos de su vida. Sumergirse en los recuerdos, activando la memoria, la capacidad de observación. Escudriñar, analizar, contrastar, sopesar, revivir, en definitiva, abrirnos su corazón de par en par. Desde luego que la novela te hace reflexionar, y en
ocasiones, te lleva a recordar como tú también viviste situaciones similares
junto a tus padres y hermanos. Formar parte de una familia, crearla, mantenerla más o menos unida, cercana, es maravilloso y tan complicado a la vez.
Elvira
Lindo nos traslada a la sociedad española de la posguerra. Refleja y analiza muy
bien lo que debieron vivir nuestros abuelos y padres. Los personajes tienen
mucha personalidad. Son hombres y mujeres fuertes, valientes, decididos, que salieron
adelante con muy poco. Y que cuando crecieron intentaron en lo posible crear un
mundo mejor para los suyos. Desde luego que la novela se puede considerar un bonito homenaje a nuestros mayores.
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