La novela de Katherine Scholes resulta entretenida, una lectura cómoda y agradable pero bastante predecible, esperaba mucho más. Me ha recordado bastante a una joya cinematográfica, Memorias de África.
La protagonista, Kitty Hamilton, llega a Tanzania en 1948 para reencontrarse con su marido, hijo de una influyente familia británica y nada resulta como ella había imaginado. Iremos conociendo su pasado, lleno de dificultades y renuncias, y su presente. Se esforzará por encajar en una sociedad encorsetada y cerrada que recrea en África el modo de vida de la vieja Inglaterra.
La autora aborda el tema del colonialismo, un sistema de dominación económica, política y social ejercido por una potencia sobre un territorio para explotar sus recursos y población. También trata temas como la amistad, las relaciones familiares, la envidia, la infidelidad, las apariencias e hipocresía y la rebelión.
Kitty tratará de ser la buena esposa de un aristócrata inglés, a la vez que comienza a interesarse por una cultura y forma de vida diferente, y a colaborar en una misión católica. La protagonista tendrá que decidir si quiere vivir de acuerdo a los cánones marcados o libre de corsés y normas que la anulan y la hacen muy infeliz.
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